webnovel

Capítulo 17 – ¡Ya dije que no se metan conmigo! (Parte 2)

Editor: Nyoi-Bo Studio

—¡Ah! ¡Zorra! —los gritos agudos casi vuelan el techo del baño.

Alguien tocó la puerta con impaciencia desde afuera.

—¿Qué están haciendo ahí adentro? ¡Abran! ¡No sean como el perro hortelano!

An Xiaxia se burló de Jian Xin'er y las otras dos y abrió la puerta, marchándose de inmediato. Las chicas que estaban afuera no entendían lo que ocurría, pero cuando volvieron en sí mismas, sus ojos se posaron sobre las que estaban dentro del baño y estallaron de la risa.

—Jajaja, ¿qué están haciendo estas chicas? ¿Bañándose en el baño? ¡Hasta sus ropas están empapadas!

Al escuchar sus risas, Jian Xin'er y las otras estaban tan furiosas que dieron un pisotón.

«An Xiaxia, ¡más te vale recordar esto! ¡No te dejaremos ir tan fácil!»

-

La maniobra de An Xiaxia fue un éxito y la optimista sintió que había sido muy genial hace un momento. Una vez más, los hechos comprobaron que el proverbio "la felicidad extrema rompe el corazón" era cierto.

Mientras corría por el pasillo desde el baño, se tropezó y cayó con un "¡plaf!". ¡Lo más extraño es que terminó arrodillada en el suelo! Las personas que iban pasando por el pasillo disminuyeron la velocidad como una película a cámara lenta. Alguien habló con cautela.

—Eh... An Xiaxia, no tienes que ser tan cortés cuando nos veas.

«Espera, ¿por qué suena conocida esa voz?» An Xiaxia levantó la vista y deseó poder desmayarse en ese instante. ¡Dios! ¿Alguien le podía explicar qué hacía ahí el trío de Starry Night? Permaneció arrodillada en el suelo, estupefacta.

Chi Yuanfeng la miró impactado mientras que He Jiayu dejó ver una sonrisa amigable.

—El suelo está frío. Será mejor que te pongas de pie —dijo con amabilidad.

An Xiaxia se sintió muy avergonzada y se puso de pie. El dolor ardiente de sus rodillas provocó que hiciera una mueca. El rostro de Sheng Yize no dejó ver nada. Luego, su mirada se movió de sus rodillas hinchadas a la parte superior de su cuerpo.

Su cabello negro desarreglado enmarcaba su inocente y pequeña cara, haciéndola lucir atractiva. Su camisa estaba húmeda desde sus hombros hasta su pecho y él podía distinguir el sostén blanco de abajo.

—¿Qué pasó? —frunció el ceño.

Obviamente, An Xiaxia no era tan estúpida como para contarle. Después de todo, le debía mucho dinero. En ese momento, solo quería esconderse lo más lejos posible de él, así que sacudió la cabeza tercamente.

—Estoy bien —dijo.

Pero no pudo irse, puesto que un par de manos bloquearon su camino. Volteó y miró confundida a He Jiayu, que le impedía avanzar. Él sonrió con calidez, haciendo que varias chicas que estaban en el pasillo lo aclamaran al unísono. Esa sonrisa podía curar todas las desgracias.

—Toma esto —He Jiayu se quitó la chaqueta del uniforme y se la entregó a An Xiaxia.

Ella miró su ropa y se ruborizó al instante. ¡Con razón tantos chicos le lanzaron miradas lujuriosas cuando venía por el pasillo! ¡Maldición! Entendió que no era el momento para ser pretenciosa, así que aceptó la chaqueta y asintió con educación para agradecerle.

—Gracias... te la devolveré lavada.

—Está bien —He Jiayu sonrió y se dirigió al baño con Sheng Yize y Chi Yuanfeng.

El baño de los chicos y el de las chicas estaban al lado, así que cuando los tres llegaron, Jian Xin'er y las otras dos chicas iban saliendo avergonzadas. Al encontrarse con los tres Príncipes Encantadores las tres se irritaron aún más.

Jian Xin'er no estaba pensando y, de hecho, se quejó con Sheng Yize.

—¡Líder Yize! ¿Ves esto? ¡An Xiaxia es una chica tan malvada! Es culpa de ella que nos veamos así ahora. ¡No dejes que te engañe!

Siguiente capítulo