El tiempo pasó y pronto ya eran las 12 del mediodía; un tiempo auspicioso elegido por Ouyang Lulu. Después de recibir una llamada del gerente Huang, Tang Xiu corrió hacia la puerta de entrada.
La gran mayoría de los invitados que habían venido a felicitar y presenciar la ceremonia de inauguración de la Finca Paraiso ya había llegado. Todos lucían caras sonrientes y se reunieron en pequeños grupos de tres a cinco. Estaban conversando con los ejecutivos de Finca Paraiso o con Ouyang Lulu, transmitiendo sus bendicione, sin embargo, varios jóvenes talentosos del círculo empresarial de Shanghai se reunieron alrededor de la gran estrella, Zhang Xinya, alardeando de sus logros o halagandola, deseando acercarse a ella.
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