Huo Yunting mantuvo su postura, su sonrisa se profundizó con intenciones funestas.
Lu Zhaoyang pensó que debía haberse vuelto loca al verlo. Apretó los dientes, tomó el cabezal de la ducha y roció agua tibia sobre el hombre que tenía delante.
—Podrías haberme dicho que querías que nos duchásemos juntos, ¿por qué preguntar indirectamente? —Huo Yunting se dejó empapar y luego comenzó a quitarse la ropa.
Lu Zhaoyang lo maldijo por lo bajo y lo rodeó para escapar.
Salió de la habitación de invitados y volvió directamente al dormitorio principal. Cerró la puerta, se puso el pijama y luego se acurrucó debajo de su manta.
Las palabras que dijo en el baño habían sido lo suficientemente directas. Seguramente, Huo Yunting no vendría a buscarla de nuevo.
Huo Yunting seguía de pie en el baño y seguía desvistiéndose. Su mirada estaba fija. Nunca puso tanto esfuerzo en ninguna otra mujer.
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