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Capítulo 24 - Hundirse Juntos

Editor: Nyoi-Bo Studio

—¿Qué ha pasado? ¿Alguien ha empezado una pelea?

Algunas personas uniformadas se acercaron.

Su Qianci miró alrededor, frunció los labios y dijo:

—Sí, oficiales. Alguien con muy mala intención me está calumniando.

—¿Calumniando? Con este calor, ¿han tenido que venir hasta aquí por esa tontería?

No obstante, cuando el oficial de policía vio a Li Sicheng cambió el semblante enseguida.

—Señor Li.

Liu Anan se sorprendió de ver a la policía y le entró el pánico.

—Su Qianci, tú sabes muy bien que digo la verdad. Todo lo que he dicho es verdad. No tienes pudor. ¿Cómo te atreves a llamar a la policía?

—Muy bien, díselo a la policía —dijo Su Qianci con calma. Sus ojos eran fríos y su actitud tan feroz que todo el mundo la miraba—. No tengo tiempo para esto.

—¡Cómo te atreves a llamar a la policía! Estoy relacionada con la familia Tang. Hermano Li, ¿no es mi prima tu mejor amiga? ¿Cómo puedes enviar a su prima a la policía?

Liu Anan miró a Li Sicheng como si fuera su salvador, deseando que detuviera a Su Qianci.

Después de todo, Tang Mengying había crecido con él. Todo el mundo decía que él y Tang Mengying hacían la pareja perfecta. Se veían muy bien juntos y se conocían de toda la vida. Tanto la familia Tang como la familia Li pensaban que Li Sicheng se casaría con Tang Mengying. Aunque no se hubieran convertido en una pareja, él debía tener en cuenta esa relación, ¿verdad?

Sin embargo, Liu Anan había subestimada hasta dónde podía llegar Li Sicheng. La esbelta figura ignoró sus palabras y volvió a mirar el reloj. Metiéndole prisa a Su Qianci dijo: 

—Es ella.

No hubo respuesta a todo lo que Liu Anan había dicho. Llena de frustración, Liu Anan continuó:

—Hermano Li, aunque le faltes al respecto a mi prima, deberías al menos respetar a la familia Tang. ¡Soy su prima!

Su Qianci sintió pena. La situación hizo explotar a Li Sicheng.

—¿Me estás amenazando?­

Li Sicheng la miró. Sus ojos intensos se apoderaron de Liu Anan.

Liu Anan se sintió paralizada por esa mirada, como si alguien le hubiera lanzado un cubo de hielo.

—No, yo...

—¿Te paga el señor Sun para que disfrutes del espectáculo? —preguntó Li Sicheng a la policía. Su voz era tan fría que estaba haciendo temblar a la gente. Los policías reaccionaron y arrestaron a Liu Anan.

—¿Cuál es su relación con la sospechosa? —preguntó un oficial a Fu Lengbing.

—Ninguna.

Por culpa de una novia descerebrada como aquella, Fu Lengbing había sido totalmente humillado. Obviamente, Liu Anan había ofendido más a Su Qianci, pero también al hombre detrás de Su Qianci. Fu Lengbing no podía permitirse enfadar a alguien como él, poniendo en riesgo a toda su familia. Todo lo que podía hacer era mantenerse alejado de idiotas como Liu Anan.

Liu Anan comenzó inmediatamente a llorar:

—¡Es mi novio! ¡Él me contó todo lo que he dicho!

¿Mantenerse alejada de ella? Ni hablar.

Estaban juntos y se hundirían juntos.

Fu Lengbing lloró:

—Liu Anan, no te pases.

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