Xi Xiaye se sorprendió al escuchar sus palabras y una luz parpadeante apareció en sus ojos. Él parecía estar fuera de sí mismo como si estuviera vagando en sus viejos recuerdos. Continuó después de un poco de silencio.
—Me empecé a sentir más débil desde hace un tiempo. Me temo que no me queda mucho. Mi cuerpo no se está recuperando bien y mi único deseo es que puedas reconciliarte con tu padre. En realidad, deberías poder sentir que él nunca olvidó a tu madre durante todos estos años.
Xi Jiyang de repente dejó escapar un largo suspiro. —En medio de todo éste conflicto, si tuviéramos que encontrar a alguien a quien culpar, me temo que fue mi culpa en ese entonces...
Xi Xiaye estudió a Xi Jiyang con sus ojos tranquilos, notando que su vieja cara comenzaba a mostrar signos de soledad. Ella se sintió triste con sólo mirarlo. Entonces, respondió después de pensarlo un poco: —No, estoy segura de que vivirás mucho más tiempo.
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