Pasaron tres meses desde que el barco cruzó la barrera aislando el continente.
Desde ese día, Yale usó su Sentido Espiritual para escanear el agua con la esperanza de encontrar alguna pista, pero como mucho detectó algunos monstruos marinos que, afortunadamente, eran más débiles que él, por lo que no intentaron atacar el barco.
Por supuesto, Yale solo usó el Sentido Espiritual de manera pasiva y no pasó los tres meses sentado sin hacer nada.
Debido al hecho de que un conflicto parecía inevitable, Yale pasó tiempo entrenándose a sí mismo y a sus discípulos.
Aizu no era mala con la magia de agua clásica, en términos de largos hechizos, era casi la mejor del barco, pero cuando se trataba de convertir la magia en una habilidad combinada, era mucho peor que Mercer, que estaba muy motivado para imitar la Garra de Escarcha de Yale.
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