Nian Xiaomu seguía insistiendo. Cuando vio que él se había ido con el vendedor, ella reveló una mirada alegre en su rostro.
Ya no le dolían ni la espalda ni la barriga.
Ella caminó dando grandes zancadas hacia el sofá que estaba ubicado en el área de invitados antes de sentarse, sacar su teléfono y ponerlo en modo cámara.
Estaba preparada para tomarle fotos en secreto después de que él saliera del probador y terminara de cambiarse el traje.
Desafortunadamente para ella, a él no le gustaba tomar fotografías. En realidad, ella no tenía ni una sola foto de él en su teléfono móvil.
¡Quería cambiar el fondo de pantalla de su teléfono móvil y sólo podía tomarle fotos furtivamente!
Si lograra tomar una foto extremadamente hermosa y encantadora, ella podría imprimir la foto a escondidas y colocarla en su propia oficina.
Luego, ella podría sacar con disimulo dicha foto y echarle un vistazo cuando lo echara de menos a él en el trabajo...
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