Sin embargo, esa sólo era una deducción.
Ella necesitaría la ayuda de la policía para llegar al fondo del asunto.
—He anotado lo que la Señorita Nian ha dicho hoy. Gracias por su cooperación. Más adelante, si recuerda algo más, no dude en proporcionarnos la información.
—Gracias por tu arduo trabajo.
Nian Xiaomu expresó su agradecimiento y salió de la estación de policía.
Cuando salió, vio la esbelta figura de Yu Yuehan parada en la calle junto a un árbol.
Las ramas secas estaban llenas de nieve.
El suelo también estaba cubierto de nieve.
Cuando el viento sopló sobre el rostro de ella, se sintió extremadamente frío.
Inconscientemente, mientras se ponía el abrigo con más fuerza, Nian Xiaomu se preguntó por qué Yu Yuehan no estaba en el auto. Entonces, vio que él estaba hablando por teléfono.
Era raro ver una expresión de resignación en su rostro distante.
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