Esa era la primera vez que el diputado Liu había visto a alguien que podía contactar a la comisión para la inspección disciplinaria y ordenar a toda la fuerza policial.
Él creía que conocía cómo trabajaba la fuerza policial y entendía que, con los antepasados de él, nadie lidiaría con él de inmediato.
Pero a él lo agarraron por completo por sorpresa, mientras que él había estado listo para usar sus conexiones. Si él lo hubiera hecho propiamente, él igual hubiera perdido su alto rango, pero todavía podría regresar a su pequeño país como un hombre rico.
Como le preocupaba que sus crímenes fueran expuestos, puso todos sus fondos malversados en el exterior.
Ahora que todo estaba expuesto… El diputado Liu apretó los puños, venas rojas aparecieron alrededor de sus pupilas, mientras que miraba a Qin Mo, ansioso por una respuesta.
En cambio, Qin Mo ni se molestó en enfrentarlo y solo dijo nueve palabras: —La persona que te va a mandar al infierno.
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