«Que envidiable es que la señorita Justicia siempre mantenga un humor alegre. Desearía poder ser así…»
Escuchando sus alegres saludos, no pudo evitar suspirar con añoranza.
Luego, recordó la vez que ella dio mil libras con facilidad y se dio cuenta de que sería muy difícil si quería mantener sus emociones alegres al igual que la señorita Justicia.
El Sol, Derrick Berg, es un joven al que se preocupaba mucho por su reputación. De inmediato contestó: —La he obtenido.
Durante la semana pasada había estado vendiendo la herencia que sus padres le habían dejado. Aparte de la propiedad, la lencería y algunos objetos sentimentales, el resto de los artículos de valor habían sido llevados al mercado negro en la Ciudad de Plata para intercambiarlos por la fórmula de Telépata y los ingredientes para la de Bardo. Sus comidas ahora estaban racionadas.
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