Era una foto de la espalda de Song Yishi, que estaba totalmente expuesta, pero ya no era la espalda suave y perlada de una mujer. Tenía cientos de cortes, algunos todavía derramaban sangre. Era horrible.
—¿Qué pasó? —preguntó Huo Mian.
—Song Yishi... es algo extraña. La foto da un poco de miedo, prepárate La foto da un poco de miedo, prepárate —le advirtió Qin Chu al pasarle el celular a Huo Mian.
Como Huo Mian estaba mentalmente preparada, la foto no la asustó. Sin embargo, si la conmocionó.
—Son heridas hechas con un cuchillo... muchas heridas hechas con un cuchillo.
—¿Le gusta auto mutilarse? —preguntó Huo Mian.
—Imposible, no puede llegar a cada rincón de su espalda. Alguien debe habérselo hecho.
—¿Piensas que está en peligro? Quizás deberíamos ir a verla.
—Iré solo, tú deberías ir a la cama. Es tarde.
—No, quiero ir contigo.
—Iré solo, me pidió que no fuera con nadie. Creo que me quiere decir algo.
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