—Estoy aprendiendo a hacer comida china.
Su respuesta simple dejó a Huo Mian estupefacta.
—Tú, tú, tú…¿por qué estas aprendiendo a hacer comida china? Yo puedo cocinar.
Huo Mian pensaba que la comida que ella hacia sabía bien, así que ellos estaban bien siempre y cuando ella sepa como cocinar. Qin Chu había estado en los Estados Unidos por los últimos siete años, así que para él, aprender cómo hacer comida china era como empezar de cero. Era demasiado lio.
—¿No te gusta la comida china?
—Pero yo sé hacerla —dijo Huo Mian con impotencia.
—A veces sales tarde del trabajo, y estas cansada y hambrienta. Yo salgo del trabajo temprano y tengo tiempo de todas formas —dijo lentamente Qin Chu, mientras puso en un plato un salteado de hongos.
El delicioso olor a comida la abrumó y sus ojos se aguaron.
Estaba extremadamente conmovida por el gesto.
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