Ning Xi se cambió y bajó con pasos suaves. Desde lejos, vio que Tesorito estaba cuidando al cachorro de tigre mientras que cierta persona tenía un periódico en sus manos. Llevaba ropa casera informal mientras su frente se inclinaba hacia adelante y estaba sentado en la silla de mimbre bajo un estante de flores a la manera de un inmortal sin rastro de mundanidad.
Ning Xi corrió hacia él y luego le miró con ira. Lu Tingxiao tragó instantáneamente por la forma en que los hermosos ojos de su esposa estaban chorreando fuegos de ira. Puso el periódico en sus manos hacia abajo y estiró una mano para ponerla en sus rodillas. Su amplia palma de la mano comenzó a masajear su dolorida espalda baja con la cantidad adecuada de fuerza.
—¿Qué pasa?
—¡Masajea un poco más alto! —Ning Xi preguntó con una expresión oscura—: ¿Cómo te atreves a preguntar? ¡Ya te dije que tenía algo que hacer hoy!
—Sólo lo hice una vez.
Cuando vio su inocente expresión, Ning Xi explotó.
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