Templo Central Secreto Subterráneo, Ciudad Santa de Hermes
Tayfun no había dormido bien durante más de dos meses consecutivos.
Cada vez que cerraba los ojos, los gritos del Arzobispo Ayr resonaban en sus oídos. Le habían disparado en el estómago el arma del enemigo y había sido arrastrada por el Ejército del Juicio. Todos sus intestinos se habían desordenado y ningún tratamiento a base de hierbas en la ciudad santa había podido curar su herida. Después de dos días de lucha, finalmente había muerto con gran dolor.
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