Disfrutaron un momento de afecto, y luego la atención de Cenizas se centró en un montón de piedras preciosas, como diamantes, frente a Tilly. Ella preguntó con curiosidad:
—¿Qué son esos?
—Ven. — Tilly le dio unas palmaditas en los costados. —Te mostraré algo interesante.
Cenizas se sentó con las piernas cruzadas a su lado y la vio poniéndose un guante de seda blanco, cuya parte posterior estaba incrustada con una piedra preciosa roja.
—¿Esto es... una piedra de rastreo?
Tilly no respondió. En cambio, sonrió y levantó la mano hacia el lugar vacío. De repente, un rayo apareció de sus dedos, golpeando el suelo con un chasquido. Cuando el humo verde se desvaneció, vio un punto negro del tamaño de una palma en el punto de golpe.
Cenizas no podía creer en sus ojos.
—¿Tú... obtuviste una nueva habilidad?
Apoya a tus autores y traductores favoritos en webnovel.com