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VIGGO

Viggo, hijo de Hephaestus (Diosa de la Forja en Orario) y Kain (Antiguo Vástago del Equilibrio), nació como un semi dios. Sin embargo, con una derrota y la incapacidad de esforzarse por un objetivo en la vida, es enviado a entrenar con un furioso maestro. Acompaña a Viggo en su camino para convertirse en dios. "No te disculpes, se mejor" Este fanfic nace como un Spin-Off del fanfic Original "Suerte y Perseverancia" también escrito por mí y en emisión actualmente. Aclaraciones: Me han acusado de sádico con mis lectores, pero desmentiré ese tipo de observaciones. Lo que pasa es que no le doy todas las cosas en bandeja de plata a mis protagonistas; cada cosa se gana. Por otro lado, a veces solo pasa que las situaciones no salen como uno quiere. Sin embargo, ahí es donde radica la magia de un protagonista, en saber moverse dentro de los parámetros y buscar soluciones con las herramientas que ya posee. Créanme, jamás joderé a mis protagonistas si no es para hacerlos mejores y más poderosos. PD: LA IMAGEN ES SOLO REFERENCIAL.

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Preludio del cambio 2.187

Cuando dieron las seis de la tarde, Viggo viajo a la casa de su padre, junto con Semiramis y Scheherezade. Esta última había dejado la administración de las joyerías a Hitomi y mañana retomaría el mando. Por ahora estaba más preocupada de Viggo y de su situación. Kiara podía haber dicho que él estaba bien, pero como mortal, solo podía creer y esperar.

El lujoso carruaje de Semiramis se detuvo delante de la casa de Kain y Viggo bajo primero. Él ayudo a descender a Scheherezade, después recibió a Uriel y se la entregó a Scheherezade. Por último, bajo Semiramis, a quien Viggo ayudo y cuando ella estuvo en la vereda, solicito su bebé a Scheherezade. Los cuatro se acercaron a la puerta, pero ni si quiera fue necesario llamar, ya que el propio Kain, como un abuelo idiota, abrió la puerta y se acercó a la reja mirando con mucho cariño a Uriel. Él vestía como siempre, camisa blanca, pantalón oscuro y botas hasta las rodillas. Su larga cabellera blanca caía a los lados de su rostro, enmarcando un rostro esbelto y de facciones delicadas, propias de un elfo mientras sus orejas puntiagudas sobresalían de su pelo.

-Muchacha, viniste a visitar a tu abuelo- dijo Kain con una gran sonrisa y prácticamente ignorando al resto. Si no hubiera sido porque Semiramis sostenía a Uriel, ni siquiera se hubiera dado cuenta de su existencia. Kain abrió la puerta y tendió sus manos para que Semiramis le entregara a la bebé.

Viggo llevó su mano a la boca y tosió, llamando así la atención -padre, creo que estas siendo un poco descortés-

-Oooh ¿Qué pasa, muchacho? Estás un poco viejo como para que tú padre te cargue en brazos-

-Padre…-

-Es broma, es broma, pero quiero a Uriel- dijo Kain -ven acá con el abuelo- Semiramis miró a Kain con incomodidad y le entrego a la bebé de finos cabellos rojos. Kain la tomo en brazos formulando una increíble sonrisa y después miró al resto -pasen, no se queden ahí. Aunque no puedo decir que los quiero tanto como a Uriel, siguen siendo mi familia-

Kain se dio la vuelta y camino a la casa mientras Viggo, Semiramis y Scheherezade ponían sonrisas incomodas.

Después de entrar a la casa, siguieron por el pasillo y escucharon un montón de familias mencionar el nombre de Uriel. Viggo llegó a la cocina con sus esposas y encontraron a Hephaestus sosteniendo a Uriel. Mikoto e Isabel, también esposas de Kain, se acercaron a ella y le decían que estaba muy hermosa, como si la bebé pudiera entender tales palabras de elogio.

-Cariño- dijo Kain al lado de Hephaestus -yo tenía a Uriel ¿Por qué no me la devuelves?-

-Ni hablar, ella es mi nieta. Lo más lógico es que este con su abuela- respondió Hephaestus mientras Mikoto e Isabel asentían.

Kain frunció el ceño, miró a Uriel y la vio chuparse su pulgar regordete -ven con el abuelo- dijo en un último esfuerzo que se vio patético, estiro sus manos con un rostro triste, pero la bebé pelirroja solo lo quedó mirando.

Al mismo tiempo, Hephaestus soltó un bufido y miró hacia otro lado, llevándose a Uriel y siendo seguida por Isabel y Mikoto.

-Bueno, parece que tuviste tu merecido- dijo Viggo acercándose a Kain con una sonrisa en los labios -eso te pasa por ser poco cortés con tu hijo y tus nueras-

-¿Qué quieres muchacho del demonio?- preguntó Kain de muy mal humor, se dio la vuelta y salió de la cocina para dirigirse al patio, donde estaba el manzano. Ahí se sentaría a la sombra y bebería algún vino para ahogar sus penas.

Viggo quedó sorprendido por la reacción de su padre, ya que no esperaba que él reaccionara de esa manera solo porque su esposa le quito a su nieta. Viggo soltó un suspiro, miró a Semiramis y Scheherezade.

-Ve, querido- dijo Semiramis -habla con tú padre-

-Será bueno que estén los dos solos- añadió Scheherezade, un poco preocupada de acompañar a Viggo

-Sí, no te preocupes- dijo Viggo -yo conversare con padre, ustedes pueden ir con mi madre y el resto de mis tías. Lo siento por arrastrarlas a todo esto-

-Viggo no tiene por qué preocuparse- dijo Scheherezade con voz suave y reconciliadora -solo somos nosotras preocupadas por ti-. A lo que Semiramis asintió corroborando las palabras de Scheherezade.

Viggo se despidió de cada una con un beso y se fue al patio. Al fondo, donde estaba el manzano, Kain estaba sentado frente a una mesa con una botella de vino y una copa. Viggo soltó un suspiro y camino a través del jardín hasta llegar frente a la mesa. Se sentó frente a su padre y lo quedó mirando. Kain notó su presencia y con un ademan de su mano derecha, donde tenía su anillo, hizo aparecer otra copa. Kain tomo la botella, sirvió ambas copas y volvió a dejar la botella en la mesa. Él tomo su copa, quedó mirando a Viggo y este último también tomo su copa. Ambos alzaron sus copas haciendo un brindis y bebieron un trago. Después dejaron sus copas en la mesa y Kain quedó mirando a Viggo, como si lo cuestionara con la mirada.

-Padre, yo…- dijo Viggo ante esa mirada seria

-Muchacho, ya cumpliste tu mayoría de edad, tienes una hija y esposas- dijo Kain -deja de comportarte como un mocoso. Viniste por algo, de lo contrario, no habrías traído a Uriel-

-Estuvo mal-

-Bueno, sí, deberías haberla traído cuando yo estuviera solo en la casa. Así tú madre no me quita a mi nieta-

-Padre- dijo Viggo con una sonrisa incomoda

-Aaaah, muchacho, no me mires así. Cuando envejezcas vas a entender este sentimiento. Ahora ve al grano. A todo esto ¿Cómo estás? El otro día estabas soñando con una habilidad extraña-

-De eso quería hablar- respondió Viggo

-Bien, aquí estoy- dijo Kain con total tranquilidad, tomo una profunda respiración y se hizo el ánimo -comienza a hablar-

-Bueno, verás, Kiara me dijo que mi divinidad quedó ligada a la habilidad de tener sueños del futuro y la clarividencia-

-Esas son, habilidades bastante raras y útiles- dijo Kain, recordando sus días como vástago del equilibrio y sus interminables días de estudio, sin saber hacia dónde ir o como mover la balanza del destino. Si hubiera tenido algo tan conveniente, no hubiera estado tan confundido y moviéndose a ciegas. Sin embargo, la gente que tenía dichas habilidades nunca terminaba bien.

-También pensé lo mismo- dijo Viggo -vine porque esperaba que me ayudaras a tener una mejor idea de mis habilidades-

-Ooh muchacho, no podría decirte que viniste al mejor lugar, pero tampoco puedo ser categórico y decirte que no se nada. Verás, tus habilidades se podrían considerar raras. Nunca he poseído algo similar, pero he leído al respecto-

Kain hizo una ademan con su mano derecha, donde tenía el anillo y en el aire apareció un libro.

Viggo frunció el ceño y dijo -padre, vengo para que me des una respuesta, no para que me hagas estudiar uno de tus libros-

Kain tomo el libro, lo iba abrir, pero se detuvo cuando escucho a Viggo. Kain cerró el libro, se levantó y en un suave movimiento le dio con el libro en la cabeza. Viggo se agarró la cabeza con ambas manos y miró a su padre con resentimiento.

-Viggo, ya no eres un niño- dijo Kain con una voz autoritaria -deja de quejarte de todo. Tú vienes aquí, me pides ayuda y te empiezas a quejar antes de que te explique mis ideas ¿Qué clase de actitud es esa muchacho?-

-Yo- dijo Viggo frunciendo el ceño y mirando hacia otro lado -lo siento-

-Viggo, ser adulto significa madurar. Esto es un perfecto ejemplo de cómo no comportase. Soy tu padre, tengo paciencia contigo, pero no esperes que el resto de las personas lo tenga contigo ¿Espero haber sido claro?-

-Sí, padre- dijo Viggo levantando la cabeza

Kain solo pudo ver un niño en esa mirada. Soltó un suspiro y se enfocó en el libro en sus manos. Lo abrió por el índice y se lo tendió a Viggo. Este último lo recibió y quedó mirando el índice.

-¿Y esto?- preguntó Viggo mirando a Kain con una expresión de confusión

-Esto es lo más parecido a poseer clarividencia- dijo Kain con el tono de voz de un académico -clarividencia es ver y en muchos casos, encontrar a la distancia ¿Qué puedes encontrar? Eso depende. Por ejemplo, un índice se crea como la enumeración de los capítulos de un libro y te indica donde puede estar un tema que buscas. Eso quiere decir que solo es un fragmento del contenido-

-Es confuso-

-Piénsalo así, si un índice es un fragmento y lo que buscas es el todo ¿Cómo puedes conectar ambos puntos?-

-¿A través de la clarividencia?-

-Exacto, puedes conectar una pequeña pieza de lo que sea y encontrar a lo que está ligado-

-Entiendo ¿Qué más?-

Kain hizo una sonrisa incomoda y respondió -por eso te decía, no sabría decirte si viniste al lugar correcto o decirte que no se nada. Sé un poco, pero es tan poco que solo es una indicación. Como si me preguntaras ¿Dónde está la torre de Babel? Yo te podría que es la torre grande que casi toca al cielo en el centro de Orario, pero como llegas, es cosa tuya-

-En pocas palabras solo puedo experimentar-

-Así es, lo siento, muchacho, es todo lo que te puedo decir. En cierto sentido, me gustaría haber tenido visiones del futuro y clarividencia, pero en el punto en el que estoy, es innecesario. Solo me queda abrirme paso-

-¿Y de qué manera me ayudarían mis habilidades?-

-A saber, dónde buscar, cuándo buscar y qué encontrar-

-Eso es confuso-

-OK, déjame contarte una historia. Había una vez un sacerdote…-

-Padre- protesto Viggo

Kain frunció el ceño y empezó a buscar el libro para castigarlo de nuevo. Viggo se apresuró en ocultarlo y Kain lo quedó mirando a los ojos.

-Lo entiendo, me callare- dijo Viggo

-Es lo mejor, por tu propio bien, muchacho- respondió Kain

Kain relato de forma indirecta, sobre sus días como vástago del equilibro y cómo tuvo que moverse a ciegas, buscando pistas en antiguos murales pintados siglos atrás, donde había pistas poco claras. Todo eso lo condujo a Raziel, al cual lo llamo "una persona importante" y eso lo llevo a lograr sus objetivos. Por supuesto, Kain no le dijo que lograr su objetivo no lo hizo feliz, solo que pudo vencer a sus enemigos y restaurar el balance en el mundo.

-Entiendo, puede ser bastante útil saber lo que puede pasar- dijo Viggo

-Sí- respondió Kain tomando su copa de vino de la mesa y llevándola a sus labios. Bebió un largo sorbo y después la volvió a dejar en la mesa -pero tienes que saber algo, nada es definitivo y el destino puede ser cambiado. Solo tienes que saber Dónde, Cuándo y qué cambiar. Sin embargo, debes tener cuidado, cada cambio afecta otras cosas y si lo haces mal, todo se puede ir a la basura-

-Yo- dijo Viggo con algunos miedos -ya no me dan ganas de saber-

-¿Tu destino es tan simple?- preguntó Kain

Viggo lo miró a los ojos y negó con la cabeza

-Entonces no te puedes dar el lujo de ignorar el futuro, la información y todo lo que pueda pasar. Tienes que encontrar el balance, pero, sobre todo, no volverte loco. Mira; el principal error de aquella persona que restauro el balance del mundo fue pensar que la "persona importante" era su enemigo y tenía que doblegarla. Bueno, no era así. Aquella "persona importante" se dio cuenta de que la otra persona quería llegar a un mejor resultado y lo ayudo ¿Entiendes?-

-Entiendo, no todo tiene que ser negativo ni arreglarse con violencia o luchando. A veces podemos cambiar el destino obrando de la manera correcta-

-No lo digas así, lo correcto es algo tan arbitrario como la moda. Cambia de acuerdo con cada época y persona. Sin embargo, puedo decir que hacer el bien al prójimo, muchas veces tiene mejores resultados que solo confrontarlo. Hay veces donde no hay más remedio que luchar, gente que realmente no quiere cambiar ni mejorar o llegar a un punto medio donde todos ganan. En ese momento, solo queda luchar. Pero saber Dónde, Cuándo y qué es lo importante-

-Entiendo padre, empezare a buscar mis propias respuestas-

-Eso es algo positivo si llegaste a esa conclusión por tu cuenta-