—¿Qué... qué es lo que queremos...? —Conrad se encontró tartamudeando por un momento debido a la repentina pregunta, pero rápidamente se corrigió a sí mismo.
Nunca esperó que este hombre fuera tan directo.
Incluso para un Aventurero, uno cuyo nombre ni siquiera era conocido, estaba siendo bastante atrevido.
—Creo que ya le dije a su guardia allí los detalles de mis acciones. También le informé que no necesito ninguna recompensa —dijo Ralyks muy tranquilamente.
Su voz no era imponente, pero tampoco respetuosa.
Él era simplemente terriblemente directo, diciendo las cosas sin filtro ni consideración por a quién se las decía.
Conrad no se dio cuenta de cuándo empezó a respetarlo.
—La razón por la que ustedes dos, estimados miembros del Consejo Real, querrían reunirse conmigo es porque quieren algo —hizo hincapié en su punto y se acercó.
—Entonces, ¿qué es lo que quieren? —Conrad sintió una presión como nada que hubiera experimentado hasta ahora.
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