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Soy un zombie especial.

Mi nombre es Zei y soy un zombie. A diferencia de otros zombies, yo mantengo el control de mi cuerpo... O al menos lo intento. Pensé que un apocalipsis zombie era lo más raro que había visto, hasta que un día, un Orco apareció frente a mí y fui salvado por una Elfa. ¡¿Qué hacen criaturas de fantasía en mi mundo?! ¡¿Están relacionadas con los zombies?! Buscando las respuestas a mis preguntas, decidí investigar por mi cuenta. Elfas, Dragones, Orcos, Duendes. Todo tipo de criaturas de fantasía están invadiendo mi mundo. Los zombies ya no son la única amenaza existente en mi mundo.

Hector_Angel · Fantasie
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CAPÍTULO 6- Motociclistas abusadores.

CAPÍTULO 6- Motociclistas abusadores.

—Sí… Te queda bien.

Cuando llegamos a casa, le dije a Kiasan que se pusiera ropa cómoda.

Está usando una falda y una blusa… Supongo que podrá correr más rápido. En un apocalipsis zombie, la rapidez es vital, y más con malditos zombies que pueden correr.

—G-gra… G-gra… G-gracias.

Se me hace muy adorable su voz… Aunque quisiera que sonriera. No ha sonreído nada… Bueno… Supongo que es parte de su encanto.

—Vamos a guardar comida. Creo que había una mochila en el clóset. Yo buscaré otra en las otras habitaciones.

Hay posibilidades de que sea falsa la información sobre el refugio.

Si la información es falsa, tendré que acompañar por más tiempo a esa señora.

Necesitaremos comida, agua, ropa, armas, entre otras cosas.

—¡¡Buenas tardes!!

Rompí una puerta con mi cuerpo.

Decidí investigar las otras casas para buscar objetos que me sirvan.

—Todas las casas están vacías… Esa señora tuvo suerte.

Comencé a buscar… Es un desperdicio que no haya autos en este lugar. Tener un auto nos permitiría llevar más comida.

—Y mi motocicleta es ruidosa, no puedo llevarla.

Se escuchan disparos… ¿Eh? ¿Sobrevivientes? ¡Y no tengo mis lentes!

¿Debería esconderme…? ¡Kiasan! ¡Debo protegerla!

Salí de la casa y vi a un grupo de motociclistas observando mi motocicleta.

Oh, mierda.

—¡Aquí se esconde el ladrón!

¡Kiasan! ¡Mierda! ¡Por favor, escapa!

Hay aproximadamente 15 personas… ¡Son demasiadas! ¡Si me disparan en la cabeza, estoy muerto! Piensa, Zei, piensa… ¿Qué clase de hombre sería si no puedo proteger a una niña pequeña?

Salí de la casa.

Ellos estaban a punto de entrar a la casa.

—¡¡Idiotas!! ¡¡¿Se enojaron porque robé su estúpida motocicleta?!! ¡¡Qué llorones!!

Voltearon a verme y me metí en la casa.

—¡¡Ahí está!!

Comenzaron a dispararme… ¿No les preocupa desperdiciar balas?

Entré a una habitación y vi a un anciano zombie… Fufu. Se me ocurrió algo.

Los motociclistas entraron a la casa.

—Rodeen la casa.

La mitad de ellos salió de la casa.

—No lo hagas más difícil, chico.

Entró a una habitación y el zombie los atacó.

Mordió a uno de ellos en el cuello y los demás comenzaron a disparar.

Zei salió de la habitación y los atacó con sus propios puños.

Había 7 personas.

Una persona murió, quedando solamente 6.

Zei usó toda su fuerza para dejar inconsciente a 3 de esas 6, quedando 3.

Ellos comenzaron a dispararle.

Le dispararon en el pecho y Zei cayó al suelo.

—¡Maldito hijo de puta!

Guardaron sus armas. Grave error.

Zei tomó el arma del hombre que estaba inconsciente a su lado y se levantó rápidamente.

Les disparó a los 3 en el pecho y comenzó a golpearlos en la cabeza.

Los demás motociclistas entraron a la casa y Zei salió por una ventana a tiempo, antes de que fuera visto.

—A-aún quedan…

Antes de salir, Zei tomó dos armas y revisó las balas.

—Quedan dos y una…

Zei cerró los ojos y suspiró.

—No me falles ahora.

Zei entró de nuevo a la casa y comenzó a disparar.

Los motociclistas estaban revisando los cuerpos cuando Zei entró y Zei aprovechó su distracción para atacarlos.

Había 8 personas.

Con las tres balas que tenía, Zei les disparó a tres personas.

A dos de ellos les dio en la garganta y al tercero le dio en la cabeza.

Quedaban 5 personas.

Intentaron atacar a Zei y él saltó.

Comenzaron a dispararle en el cuerpo, pero como Zei no siente dolor, no le importó.

Pateó a uno de ellos en la cabeza y a los demás se les acabaron las balas.

—Fufu. Debieron apuntar a la cabeza.

Zei sonrió y ellos comenzaron a temblar de miedo.

Kiasan estaba guardando comida en una mochila y entré a la casa.

—¿Ya terminaste?

—F-falta… p-poco…

Kiasan volteó a verme y se acercó inmediatamente a mí.

—¿Q-qué?

—No te preocupes, no siento dolor… Y no estoy sangrando. Mis heridas se cerraron.

Mi ropa estaba muy sucia por la sangre y tenía agujeros. Tuve suerte de que ellos pensaran que era un humano normal y me dispararan en el cuerpo.

—Maté personas… Debería sentirme mal… Pero… Ellos intentaron matarme primero y me robaron el auto… Eran malos… Mejor no pienso tanto en eso. Lo que pasó ya pasó.

Saqué de mi mochila una botella de agua y comencé a beber.

—Ah. Me siento mejor.

—A-agua…

—¿Quieres? Toma.

Le di la botella y comenzó a beber.

—Debemos guardar agua… ¿Cuánta agua debemos beber? Luego lo descubrimos.

Bajé la mochila y saqué las cosas.

—Los motociclistas tenían muchas armas y munición. Nosotros no la necesitamos, así que se las vamos a dar a las personas normales… Si el refugio no existe, las usaremos para proteger a la señora y a su hijo.

Kiasan asintió.

—Y aprovecharemos para ir al refugio de estas personas. Vamos.

—¿R-refugio?

—Dejé a uno de ellos con vida y le prometí que lo dejaría vivir si me decía en dónde estaba el refugio que ellos tenían. Me lo dijo y luego lo maté.

—¿M-mataste?

—… Parezco un monstruo, ¿no? Aunque maté en defensa propia, cometí asesinato… Pero ellos eran los verdaderos monstruos. Cuando lleguemos te darás cuenta de lo que digo.

Llegamos a una gran casa en medio del bosque.

—Según lo que me dijo ese hombre, esta casa le pertenecía a un anciano que tenía mucho dinero, pero fue asesinado por ellos.

Le quité los lentes a Kiasan y me los puse.

—Por favor, cierra los ojos. No quiero que veas lo que hay adentro.

Kiasan asintió y cerró los ojos.

Me tomó de la mano.

—Pase lo que pase, no abras los ojos.

Me traje las armas y dos mochilas llenas de ropa porque "ellas" las necesitarán.

Me puse ropa nueva, tengo lentes y no tengo ninguna herida... Sí, está bien... No me tendrán miedo.

Entré a la casa... Por aquí debe de estar... Aquí está. La puerta del sótano.

La abrí, encendí las luces y comencé a bajar las escaleras.

—Con cuidado.

—S-sí.

Escucho a mujeres llorando... Esos malditos.

Bajé y volteé a mi derecha.

20 mujeres encadenadas y desnudas... Antes me sentía mal por matarlos, pero ahora, con solo recordar sus muertes, me pone feliz.

—¡¡Enfermo!! ¡¡Ella es solo una niña!!

—¡¡¿No tienen suficiente con nosotras?!!

—¡¡Pedófilos!!

Están furiosas... No las culpo.

—Maté a los hombres que las secuestraron.

—¿Eh?

—Ella es mi hermana pequeña, se llama Kiasan.

—H-hola.

Saqué unas llaves de mi bolsillo y se las lancé.

—Escuchen, por favor. Cerca de este lugar hay un pueblo libre de zombies. Pueden ir y conseguir toda la comida que quieran.

Dejé las armas y las mochilas con ropa en el suelo.

—Son armas y ropa. En el pueblo hay comida. Les recomiendo traer la comida a este lugar. Esta casa se ve cómoda. Con las llaves pueden liberarse.

Supongo que no hay necesidad de decir lo que ellos les hicieron.

—Los hombres que las hicieron sufrir están muertos. Adiós.

Comencé a subir las escaleras... Estoy seguro de que hay más hombres así en este mundo... Los enfermos se aprovecharán de la situación.

—... F-fueron... v-violadas, ¿no?

—... Sí.

—H-hiciste... un buen... trabajo... S-se... S-se lo... S-se lo m-merecían.

—No importa el método, mientras hagas lo correcto. Asesinar está mal, pero no me importa.

Estoy seguro de que no será la primera vez que me tenga que enfrentar a personas malvadas.

Pero, sin importar lo que pase, saldré adelante y protegeré a Kiasan.

No pude proteger a mi madre. No pude proteger a Erick y a las chicas... Pero no cometeré el mismo error. Protegeré a la señora y a su hijo... Protegeré a Kiasan.