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Marvel Multiverse: Cyber-Spider (ES)

Rilley Glass un transmigrante de una tierra lejana, lejos de su universo de nacimiento se ve arrastrado por un extraño fenómeno que lo transfiere a un universo similar a los Cómics Marvel. Exactamente en el desconocido universo Ultimate 14672 (14-6-72). ¿Qué cómo sabe el nombre del universo en el que está? ¡Simple! Una vez que se preguntá a sí mismo dentro de su mente acerca de dónde se encuentra, su cerebro es instantáneamente bombardeado por exclamaciones que repiten constantemente ¡Ultimate 14672! ¡Ultimate 14672! ¡Ultimate 14672! Por lo que llegó a la conclusión más lógica, que este era el universo Ultimate 14672.

EirPei · Anime und Comics
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Capítulo 35

Finalmente había llegado el día acortado con Anna María, Rilley había hecho una visita a su departamento un fin de semana libre dada por su madre. Después de todo era Charlotte quien era más feliz al ver a su hijo interactuar con la chica que previamente había presentado, y la de que no se oponía a que tuviera cierta relación con su hijo.

Los claros deseos de su madre avergonzaban un poco a Rilley, Anna María por su parte no estaba en contra de conocer un poco más al hijo de su jefa. Claro que ella no lo hacía con la intención de tomar provecho de ello, Anna María no era ese tipo de mujer. Se podría decir que ella es más independiente y su interés por Rilley es solo simple curiosidad hacia él y su familia.

Rilley tocó la puerta del departamento esperando que Anna María abriera la puerta. Anna María al ver en la pantalla de su teléfono de quién se trataba se sorprendió un poco, la sorpresa no era porque Rilley había llegado porque ella lo esperaba, lo que la sorprendía era su apariencia actual, de no ser por los rasgos en su rostro que no habían cambiado desde la última vez ella también podría no reconocerlo.

No había pasado mucho tiempo desde que se habían visto por primera vez, el joven de piel pálida, con delgado cabello gris y pupilas plateadas se veía tan diferente que era casi irreconocible. Ahora por lo que ella notaba él se veía más saludable y su piel había tomado algo de color, su cabello era gris oscuro con algunas partes de color negro, y sus ojos ahora eran marrones. Entonces ella recordó que su jefa antes de darle el fin de semana libre le había dicho que se llevaría una sorpresa, y se dio cuenta de que tal vez era eso a lo que ella se refería.

Pensando solo unos momentos ella no hizo esperar mucho a Rilley, abrió la puerta y ambos se saludaron de manera breve, después de todo ninguno tenía conocimientos acerca del otro más que las historias contadas por Charlotte.

—Veo que has cambiado desde la última vez que nos vimos. Te teñiste el cabello y ahora usas pupilentes, ceí que pensabas en ser uno mismo sin importar lo que digan los demas. -para otros su voz parecía sin cambios, incluso ella misma podría decir que no había cambiado, pero Rilley pudo detectar cierto tono de reproche en esas palabras.

Rilley mostró las dudas en su rostro. —¿Aún no lo sabes?.

Ella parecía confundida. —¿Saber qué?.

—Mis cambios se deben a una cura para la corrección de genes defectuosos. La familia de mi padre estuvo mucho tiempo afectado por una grave enfermedad debido a cierto gen defectuoso, hasta ahora gracias a mi investigación principal tuve la suerte de resolver ese problema. Y he aquí mis cambios, debo decir que tuve mucha suerte al arreglar esto antes de que empeorara en el futuro. -dijo Rilley mostrando una sonrisa dejando ver su buen humor.

Anna María quedó en silencio por un momento sintiéndose avergonzada. Rilley no quería seguir con eso por lo que cambio de tema. —Y ¿Cómo has estado hasta ahora? Supongo que tu trabajo debe ir bien ya que he escuchado muy buenos comentarios por parte de mi madre.

—Si, ha ido muy bien hasta ahora. El nuevo proyecto ha avanzado rápido desde mi última fórmula. -viendo una salida a la incómoda y vergonzosa situación de antes Anna María respondió siguiendo el tema de conversación de Rilley.

Después de ese breve intercambio de palabras ambos guardaron silencio mirándose el uno al otro. Anna María se preguntaba qué más podría decir para abrir una nueva charla, mientras tanto Rilley solo esperaba el permiso de Anna María para entrar al departamento.

Después de unos segundos Rilley fue quien habló primero. —Me gusta el lugar, desde afuera se ve amplio y también los pasillos están bastante ordenados.

—Bueno es que este es un edificio perteneciente al GIG estando a cargo de la rama de cosméticos y belleza, siendo un edificio exclusivo de empleados creo que es normal que se mantenga todo en orden.

—Tienes razón. -contestó Rilley. —Me sorprende un poco que mis padres construyeran una zona de edificios departamentales exclusivo para empleados, tal vez eso también suma puntos para que el GIG sea el mejor lugar para trabajar. Aunque no lo digo solo porque es parte de mi familia. -dijo mientras reía.

De pronto Anna María se golpeó la frente. —Lo olvidé por completo.

—¿Qué sucede?. -preguntó Rilley.

Anna María abrió más la puerta y se hizo a un lado. —Olvidé invitarte a entrar.

Rilley rió por este descuido, Anna María se sintió algo avergonzada pero también comenzó a reír.

Mostrándole el camino a Rilley dijo. —Por favor pasa, estaba preparando algunos ingredientes en la cocina. -Rilley entró llevando tras de sí una mochila. Anna María se dio cuenta de esto y preguntó un poco curiosa. —¿Has traído algún libro?.

Rilley sonrió. —Has adivinado correctamente. Traje unos libros de repostería, en ellas hay recetas interesantes con técnicas muy novedosas.

—Oh. Y ¿Quién es el autor?. -preguntó ella sintiéndose realmente interesada por el escritor de tal libro, ella pensaba que para que Rilley hablara tan bien del contenido sin duda debía ser alguien con habilidades sobresalientes.

Rilley tosió sintiéndose un poco avergonzado sin esperar esa pregunta tan repentina. —Eh. Bueno... Cómo lo digo, en realidad yo soy el autor.

Anna María comenzó a reír al ver a Rilley tan avergonzado. —No pensé que fueras de los que se alababan a sí mismos. -dijo ella de manera juguetona.

Rilley se acomodó el cuello de su camisa sintiendo algo de pena. —Realmente no lo soy, estoy siendo sincero con mis palabras. Estos son libros escritos por mí, pero no fueron publicados nunca, podríamos decir que esta es una colección privada a la que dediqué largo tiempo de investigación. Claro que solo fue algo breve ya que también tuve otras investigaciones que realizar.

Rilley llegó a sala de estar y puso su mochila sobre la mesa, abriéndola para mostrar su contenido dijo. —De hecho serás la primera a la que le muestre esto, espero que te sirvan para mejorar en tu artesanía. -Rilley entonces sacó tres libros relativamente gruesos.

—Estos se parecen más a los tomos de una enciclopedia. -Anna María ciertamente estaba sorprendida.

Rilley le sonrió y tomó asiento, haciéndole señas para que viniera con él ambos miraron los libros. Ambos pasaron un rato agradable en su mayoría Anna María hacia preguntas y Rilley respondía de la manera más clara posible para resolver todas las dudas que ella tuviera. Finalmente tras hojear los libros Rilley le preguntó por los postres que más le interesaban a ella.

Después de que ella lo pensara y decidiera ambos se pusieron a trabajar como un equipo, aunque al principio todavía no compartían el ritmo para hacer las cosas, después de un tiempo fue posible colaborar al menos lo suficiente para establecer un entendimiento mutuo. Durante el proceso los dos se sintieron relajados y dejaron a un lado sus tensiones para apoyarse mutuamente, mientras ambos realizaban las actividades que se habían repartido charlaban para pasar el rato, posteriormente se sintieron más cercanos y comenzaron pequeños juegos.

Al final ambos prepararon juntos varios postres y saliendo de la cocina llevaron algunos pocos hacia el comedor para disfrutarlos, pero tras sus juegos los dos terminaron un poco manchados con algunos ingredientes. Anna María llevaba consigo un trozo de pastel mientras tenía las mejillas un poco rojas pero estas no tenían mucha visibilidad al tener harina en gran parte de la cara y aún más sobre sobre su ropa, de su cuello se veían algunas machas de crema y un poco de chocolate.

Rilley siguió detrás riendo mientras llevaba dos tazas de chocolate y galletas con varias formas y sabores. En su cara se podía ver también algo de crema y un poco de harina, pero lo que más se destacaban era el chocolate en una parte de sus labios.

El tiempo transcurrió de manera agradable. Siendo algo tarde Rilley se despido prometiendo visitar nuevamente una vez que estuviese libre.

...

El tiempo pasó y ambos continuaron viéndose los fines de semana, algunas veces iban al cine, cocinaban juntos, daban algún paseo y en otras ocasiones simplemente se quedaban juntos para mirar una película en el departamento de cualquiera de los dos. Estos eran los días más tranquilos y relajantes para Rilley, de vez en cuando esto era necesito para despejar su mete e incluso llegar a tener cierta inspiración.

Un día cuando Rilley visitó a Anna María en su departamento para ver una película, mientras preparaba algunas palomitas de maíz recibió una llamada de Gwen. Ahora que Rilley lo recordaba se suponía que este sería el día en el que le dieran de alta del hospital junto al resto de su familia. También parecía que la situación con Norman Osborn había sido demasiado tranquila, fue bueno que su estadía no ocasionara problemas, lo que significaba que al menos esa subpersonalidad todavía tenía un poco de escrúpulos al momento de actuar.

Estaba muy bien para Rilley siempre y cuando no se volviera loco y atacara a los pacientes y el personal de su propio hospital, sería una pérdida considerable y sin ninguna duda si algo sucediera Rilley lo haría pagar con altos intereses. En ese caso no estaba fuera de discusión llamarlo usurero.

Tomando la llamada de Gwen la saludó como normalmente lo haría, detrás de la línea Gwen guardó un breve silencio antes de decir. —Rilley, el día de hoy me dieron de alta del hospital... En realidad toda nuestra familia quisiera invitarte a cenar como agradecimiento por todo lo que hiciste por nosotros. ¿Tendras tiempo hoy?

Rilley lo pensó por un momento, si se negara sería poco cortes e incluso daría una imagen de ser alguien con poco respeto hacia las personas, si bien no le importaba la percepción de la gente hacia su persona todavía entendía que debía respetar a un hombre como el capitán Stacy. Siendo que se trataba la familia del Capitán Stacy y Gwen todavía podía hacer un breve acto de presencia para tranquilizar los corazones de esta trágica familia.

Rilley habló negando el tiempo de hoy. —Pero tengo tiempo mañana a partir de la tarde, puedes enviarme la dirección e iré en el tiempo que me indiques.

Gwen estaba un poco decepcionada al escuchar la negativa de Rilley, pero rápidamente se animó al escuchar la segunda parte de sus palabras prometiendo asistir al día siguiente. Ella respondió agradecida porque Rilley se tomará una parte de su tiempo para cenar con su familia.

Cuando Gwen entró a trabajar como asistente del doctor Connors supo acerca de la importante posición que Rilley tenía en la empresa de sus padres, y ella sintió aún más admiración por esta persona, él no solo era el hijo de una de las familias más ricas de Nueva York sino también un joven prometedor en el campo científico. A los ojos de Gwen Rilley estaba muy lejos de las características descriptivas de un hijo mimado nacido con excesivos privilegios.

Tras una breve charla ambos se despidieron, y tras unos minutos Rilley recibió un mensaje con la dirección y la hora de mañana. Antes de que también lo olvidara envió un mensaje a Frank para avisarle sobre su visita para el desayuno en su casa el día de mañana, aceptando así la invitación de su esposa.

Ya que ella lo había invitado en múltiples ocasiones finalmente se dio un tiempo para aceptar, dada las circunstancias también tenía cosas que hablar con Frank acerca del futuro tanto la de él y su familia como también el futuro del Security Corps y sus miembros. No tardó mucho tiempo en recibir una respuesta de confirmación.

Regresando a la sala de estar llevando las palomitas y bebidas Rilley tomó asiento a un lado de Anna María.

Al día siguiente Rilley despertó con un agradable aroma floral a su lado, estaba en la cama junto a Anna María y evidentemente ambos estaban desnudos. Cuando Rilley volteó a su izquierda para mirarla pudo ver que todavía continuaba dormida. Entonces desvío su atención sobre algunas marcas rojas que ella tenía en su espalda y supo que tal vez había actuado un poco bruscamente considerando la diferencia de tamaño y fuerza entre ambos.

Pero dicho esto no significaba que ella no lo disfrutara sino todo lo contrario, cuando Rilley recordó lo sucedido en la noche anterior se dio cuenta de que sin ninguna duda era ella quien más lo había disfrutado incluso actuando con aún más vigor que él mismo. Rilley estaba muy sorprendido acerca de dónde había salido tanta energía y resistencia de un cuerpo tan pequeño.

Rilley era un hombre con principios claros y muy bien establecidos, podría decir sin temor a la vergüenza que de no se por la mejora de su cuerpo tras el "Proyecto Superhumano" no hubiese podido resistir hasta el final. Siendo un humano común, sumando a eso también su debilidad congénita estaba claro que hubiese quedado muy por detrás de Anna María, ya tendría mucha suerte de salir a salvo con un cuerpo tan frágil como el que tenía antes.

Rilley salió de la cama para dirigirse a la cocina con clara intención de preparar el desayuno, mientras caminaba su cuerpo fue cubierto con un fluido oscuro y se distribuyó en todo su cuerpo adoptando la forma de la misma ropa que llevaba puesto el día anterior.

Si Anna María estuviera despierta y mirara al suelo para buscar a los alrededores se daría cuenta de que la ropa que le había quitado a Rilley y que dejó caer al suelo la noche anterior ya no estaba por ningún lado. Eso era así porque desde que Rilley había mejorado en su control sobre el simbionte dejó de usar ropa, desde aquel momento solo cubrió su cuerpo con la ropa en la que se convertía el simbionte obedeciendo a sus pensamientos.

Rilley no había tardado mucho en la cocina, después de un corto tiempo había regresado con una bandeja con el desayuno recién preparado. Moviéndola ligeramente desde su suave hombro logró despertarla, al abrir los ojos ella lo miró por un momento pareciendo pensar en algo, tal vez fue porque no se había despertado por completo pero de su mirada a Rilley le pareció haber visto un poco de confusión.

Rilley le dio un suave beso en los labios. —Despierta, te he preparado el desayuno. Lamento no poder quedarme contigo por más tiempo, te esperaré hasta que termines de comer pero luego tendré que irme en unas horas para asistir a una reunión importante.

Dos vidas para Rilley le habían hecho madurar lo suficientemente para evitar cierta vergüenza de los jóvenes. Ambos eran adultos responsables por lo que al menos por su parte actuaría con más cercanía hacia ella. Después de todo Rilley no era alguien que se subiera los pantalones y luego se fuera sin decir nada más, como un hombre responsable al menos esperaría a que ella despertara y comiera para posteriormente despedirse.

Ninguno de los dos eran personas descuidas en ese tipo de situaciones, sucedió que tras un tiempo de convivencia y al sentirse cómodos el uno al otro tuvieron una importante oportunidad de mayor cercanía. Tras una agradable charla ambos se sintieron atraídos el uno al otro, y entonces sucedió lo que tenía que pasar entre un hombre y una mujer al encontrarse juntos en la misma habitación.

Aunque esta era la primera vez para los dos, lo cierto es que ambos fueron tan activos y pudieron disfrutar como si se tratara de una pareja que estuvo juntos desde hace algún tiempo. Siendo la primera experiencia que tuvieron en sus vidas con esto demostraba lo extremadamente compatibles que eran loe los dos al menos en esa parte.

Pasar la noche juntos no significaba que habían definido o concretado su relación, en realidad ambos simplemente dejaron eso a un lado para no imponer nada a nadie. Por increíble que pareciera ambos estaban cómodos simplemente pasando el tiempo juntos y descargando de vez en cuando sus deseos.

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