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Juego de Reyes

Amazonia, 2 días después del eclipse. A nuestro maravilloso y resplandeciente maestro me complace afirmar que después de un largo estudio sobre nuestros rivales e completado mis observaciones, por favor aceptad este breve adelanto antes de mi informe completo que seguirá de inmediato. Anticipamos que algunos de nuestros objetivos serán más difíciles de derribar que otros, pero cada uno es propenso a la manipulación de diferentes maneras y nuestros agentes ya se han entretejido en su propia estructura, después de todo; este es el solemne deber para el que nos habéis engendrado, como os gusta decir: Una vez que se entiende un deseo se puede explotar. Suficiente prólogo, permitidme mi señor resumir nuestros hallazgos. En muchos sentidos los Arcanos serán los más fáciles de manipular, su único objetivo es imponer orden a todo cuanto ven; muestrales una fuerza que se oponga a su impulso por el orden y serán consumidos por su deseo de erradicarlo. Su conclave, tan aparentemente unido en propósito es vulnerable a ser fracturado. Los Señores del Abismo casi nos reciben con los brazos abiertos, están tan absortos en sus mil verdades que ignoran las mentiras que hemos sembrado en torno a ellos. Creo que podemos aprovechar su basto alcance para posicionarnos como contraste a nuestros otros rivales. Sin embargo, seguimos siendo cautelosos, dado que observan múltiples resultados, es posible que puedan anticipar nuestras intenciones. Al igual que los Arcanos, los Arcontes y sus valkirias tienen un único propósito, su deseo a un camino lineal es una deficiencia evidente, no hay nada que aprecien mas que demostrar que tienen razón. De modo que, si creen que han convertido a uno de los nuestros a su preciada luz, confiaran implícitamente en ese agente. Los partidarios de la existencia serán sin duda los oponentes más insidiosos, quizás porque su naturaleza es tan anti ética a la nuestra. Aun así, creemos que hemos podido encontrar una vulnerabilidad, nuestro operativo ya se ha ganado la confianza de su objetivo. Y como se discutió anteriormente, nuestra posición dentro del vacío abisal avanza sin problemas, consumir energía caótica no es un proceso agradable, pero si necesario. El engaño que habéis diseñado dará fruto en los tiempos venideros, como siempre os serviremos como vuestra mano invisible, envenenaremos a todas las huestes suficientemente necias como para invitarnos a incorporarnos a ellas. Sigo siendo, como siempre; vuestro fiel servidor.

Jorgepardo032 · Fantasie
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Último Espectáculo

Uno de los sátiros gritó de dolor cuando un fugaz golpe del minotauro le aplastaba el brazo derecho, desesperado uno de sus compañeros saltó hacia la colosal bestia en un fugaz intentó de cercenar su carótida solo para segundos después ser lanzado contra los muros de la arena de un puñetazo aplastando sus órganos y columna en el impacto. El crujir de los huesos y reventar de la carne fue apagado por furiosos y aterrados gritos de furia contra el coloso, proveniente de los seis que aún seguían con vida. No ganarían, eso lo tenían claro; pero no se marcharían sin darle a aquella bestia la batalla de su vida.

El equipo envainó una de sus dagas y procedió a tomar impulso para correr. El coloso no se quedo quieto esta vez, de un pisotón resquebrajó la tierra bajo sus pies, emitiendo una onda de choque que de no ser por la carrera y agilidad de los sátiros los hubiera lanzado por los aires. Habían logrado acorralarlo, tal vez era cierto lo de su inteligencia. Con furia y esperanza los seis sátiros zigzaguearon por toda la arena, lanzando bombas de humo y gases extraños cegando al monstruoso guerrero quien cerró los ojos antes de inspirar profundamente.

—¡Ahora!

Rugieron los seis al momento de que una lluvia de cuchillos y piedras de un extraño dorado contra el coloso, quien corrió rápidamente hacia su derecha propinándole a uno de los sátiros un mandoble del tronco que llevaba como arma, dejando a penas una masa de carne sin forma estampada a pocos metros. Fue entonces que tres sátiros mas se lanzaron a su lomo apuñalando el grueso pelaje en un frenesí de ira y miedo. El odio se apodero de ellos, no contra el minotauro, a sus ojos el solo era un infeliz como ellos, sino contra sus captores; pero no tenían salida. De pronto una embestida contra las paredes tiró a uno de los sátiros al suelo, tuvo suerte, a diferencia de uno de sus compañeros, aplastado contra los muros de la arena, deformado, aplastado y moribundo, pero aún vivo. Golpe tras golpe, puñal tras puñal; las dagas y cuchillos se fueron rompiendo la gruesa piel de la bestia a medida logrando profundos cortes en algunas zonas. Los ataques no cesaron uno tras otro, los cortes hicieron brotar la sangre de la bestia hasta hacerla caer de rodillas, haciendo sonreír a los sátiros quienes saborearon la victoria, dejando sorprendido a algunos de los veteranos en las gradas, aunque cierta ironía se mostraba en el rostro de los centauros quienes veían como aquella masa de carne y músculos estaba a punto de explotar. Sin previo aviso el minotauro cargo a cuatro patas en una mortal embestida contra un distraído sátiro, empalándolo y aplastándolo contra el muro con la fuerza de sus cuernos, acabando por rajarle los brazos de una violenta sacudida de la cabeza, quedando frente a frente con los últimos tres sátiros.

Desesperados, acobardados y viendo la muerte a los ojos, no pudieron pensar más, sus músculos fallaban a tal punto que ni siquiera podían mantenerse en pie, volviéndose una presa fácil. El no supo cómo, tal vez fuera una última chispa de esperanza lo que motivo sus movimientos o tal vez el simple instinto de supervivencia, pero logro derribarlo. Empalado, mutilado y aplastado, aun así, logro derribarlo. Esa era la verdad que todos vieron cuando el bestia cayó al suelo, desvelando como en un acto de locura ciega el ultimo sátiro había clavado dos dagas en la cien del animal. Cazador y presa cayeron juntos al suelo mientras la sangre de ambos se mezclaba lentamente con la arena marcando el fin del combate. Unos minutos de silencio fueron compartidos por todos en aquel lugar antes de que el grito del anfitrión los despertara a todos de aquel silencio fúnebre.

—¡Eso ha sido increíbles señores, si bien no ha habido un ganador claro, creo que ambos guerreros merecen un fuerte aplauso, que los tronos vacíos guíen el camino de estos guerreros hasta sus panteones!

Un grito de emoción agitó el mismísimo desierto, acompañado por el rítmico golpeteo de las lanzas de varios centauros contra el suelo y el profundo rugir de sus cuernos de guerra, seguido de un nuevo anuncio del anfitrión.

—¡La Arena de Kyrat, espera que hayáis disfrutado de este espectáculo, ahora quien serán los próximos gladiadores, haced vuestras apuestas!

Un descanso corto para una batalla corta, así eran los combates de la Arena de Kyrat. Aun así, entre bastidores un ajetreado modelo de negocios hacia mover una maquinaria que a vista de otros parecería un simple problema de oficinas. Mientras dos minotauros preparaban a los contrincantes en el interior, otros dos se encargaban de la preparación y limpieza de la arena, además del cobro de entradas y apuestas hechas por otros seis centauros y el caudillo que los lideraba.

—Quiero una buena pelea listillo, una de las hembras de vuestras jaulas contra algún naga.

—Venga ya, mejor uno de los vuestros, contra cualquiera de esos infelices encerrados.

—Qué tal un golem contra un troll…

Apuesta tras apuesta, solicitud tras solicitud debía ser anotada, seleccionada y cobradas con rapidez y efectividad, quince minutos era el límite de tiempo por tanto todo debía estar sincronizado, no había margen de error. Una vez listos, abrieron las puertas al domo a voz del anfitrión.

—Bueno muchachos, ¡la Arena de Kyrat a escuchado vuestras peticiones y ha decidido hacerles un regalo, en esta ronda cuatro gladiadores en de vuestra elección serán los participantes de esta nueva ronda, que se abran las puertas! —Los estandartes se alzaron a la voz del anfitrión del mismo modo en que cinco de las siete entradas se abrieron —. ¡Bien chicos, ¿alguna vez habéis visto a una belleza convertida en bestia?! ¡Pues como primera participante tenemos a la representante de las serpientes una belleza divina siempre y cuando no la hagas enojar! ¡Já, abrid paso a nuestra pequeña gorgona!

Un cascabeleo resonó por la primera de las entradas a medida que una sombra serpentina avanzaba lentamente hasta la luz del sol. Sus manos, aparentemente delicada terminaban en filosas garras, su cuerpo, esbelto y curvilíneo hasta le cintura; continuaba en una escamosa cola de serpiente de cascabel, su cabello negro, lacio y suave como la seda, se entretejía en los extremos formando cabezas de ciegas serpientes y sus ojos antes vendados fueron devueltos a la luz de un solo tirón a los harapos que los cubrían una vez entrado al ring. De repente su mirada de piedra se proyecto hacia las gradas, momento en que una fuerte descarga eléctrica, naciente de un sello en su pecho, la hizo desviar la mirada.

—¡No os preocupéis chicos, nuestros concursantes no os harán daño a ninguno siempre y cuando no salgáis del establecimiento! ¡Ahora que pase la siguiente peleadora, creo que no es necesaria las presentaciones es un viejo competidor; tened cuidado que no los aplaste! ¡Abrid paso al golem de granito!

Atronadores golpes siguieron los pasos del coloso mientras fuertes ráfagas de arena y polvo salían de la segunda puerta. De golpe el arco sobre la segunda puerta fue arrojado contra la gorgona quien con extrema agilidad rodeó los escombros para lanzarse hacia el coloso de piedra, solo para ser arrojada de un golpetazo del Goliat de piedra, dejando boquiabiertos al público, no por el golpe sino por lo inmenso del golem.

—¡Véanlo bien chicos, nuestro Goliat de piedra, lo encontramos hace seis años cuando a penas era una pequeña piedra angular en un viejo templo en las ruinas de Silva, y desde entonces no ha dejado de crecer y ganar combates, es nuestro pequeño inmortal de piedra, Goliat!

Enorme era poco para describir a aquella pila de escombros, incluso gorgona con sus cuatro metros de largo de cabeza a cola se veía pequeña ante los casi quince del coloso que se alzaba sobre las gradas, aun así, la serpentina bestia no se dejó intimidar rugiendo y agitando el cascabel de su cola en forma de aviso, no para Goliat, sino para los participantes de la tercera y cuarta puertas.

—¡Bueno chicos no hay mucho que mencionar de estos competidores, recién fueron recolectados así que este será su debut, denles una bienvenida a los guerreros!

El caos fue inmediato. De pronto una explosión voló por los aires gran parte de la pared este de la arena, pulverizando al anfitrión al instante, así como dejar una brecha que una nueva andanada lloviera hacia donde Goliat quien, si bien resistió el impacto, había quedado inmóvil en el suelo, apoyado sobre los trozos de piedra que le hacían de brazos, incapaz de moverse nuevamente. Aprovechando el caos Hassan y Erika intentaron huir, fundiéndose con los comerciantes con la esperanza de mantenerse ocultos; aunque lo presentían, ya no podrían esconderse más.