—¿De qué te gustaría hablar, Maestra de la Secta? —preguntó María mientras se dirigía a una mesa cercana para sentarse.
—Solo tengo curiosidad sobre ti, Mira y esa otra amiga tuya... Creo que su nombre es Celaine —dijo Aelina, sentándose al lado opuesto de María—. Según lo que Sandra me ha dicho, ustedes tres son las personas más talentosas que ha visto. Generalmente no es de dar cumplidos así, por lo que decidí verlo por mí misma.
—¡Ah, ya veo! Bueno, la anciana Sandra no está equivocada. ¡Soy un talento supremo! ¡La segunda persona más talentosa de la Secta!
Por alguna razón, Aelina tuvo el impulso de rodar los ojos ante la arrogante declaración de María, pero decidió no decir nada.
—Entonces, ¿estás diciendo que Mira es la más talentosa? —preguntó Aelina—. Esa es una afirmación bastante audaz para alguien que apenas lleva dos meses en la Secta.
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