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Humanos Contra Demonios.- ¿Soy realmente un chico perfecto? No lo creo

Daniel es un chico pobre. Su abuela es su único familiar con vida, su madre murió cuando nació y su padre murió asesinado cuando él tenía 5 años. Después de la muerte de su abuela, él entró en una grave depresión. No conseguía empleo y se moría de hambre. Cuando su mejor amigo le dice que su novia lo engañó, Daniel toma una difícil decisión. Suicidarse. Al momento de intentarlo, un anciano apareció frente a él, ese anciano es el Dios de la tierra. Le dice que él es perfecto para un trabajo. Dios le da la misión de salvar el mundo 1, pues en unos 3 o 4 años, un demonio aparecerá y destruirá el mundo 1, y si ese mundo desaparece, todos los mundos alternos desaparecerán. Él acepta y su nueva vida comenzará. El Dios le entrega un guante, que le servirá para poder utilizar todos los tipos de magia, y un teléfono, que principalmente le servirá como mapa. Después de conseguir compañeros, y de revivir a su abuela, él se enterará de un secreto familiar perturbador, que cambiará su vida para siempre.

Hector_Angel · Fantasie
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CAPÍTULO 239

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 239

Crismi y yo estamos comprando comida en un pequeño pueblo.

Necesitamos una enorme cantidad de comida, para alimentar a los Elfos.

—¿Qué llevará?- Dice la dueña del puesto de carne y pescado.

—Todo.

—¿Eh?

—Queremos comprar todo. Crismi.

Crismi saca una pequeña bolsa de su bolsillo.

La coloca en el suelo y la bolsa crece de tamaño.

—Son 500 monedas. Supongo que será suficiente.- Dice Crismi.

La señora revisa la bolsa.

—S-sí… Muchas gracias…

Un hombre con armadura blanca se acerca a nosotros.

Detrás de él, hay un grupo de hombres con armaduras.

—Eso es mucho dinero.

Se para a lado de nosotros y sonríe.

—Señora, creo que le cobraremos los impuestos en este momento.

—P-pero…

—¡Sin peros!

Saca su espada.

—¡Paga tus impuestos, plebeya!

—S-sí…

La señora está a punto de entregar el dinero, pero me paro frente a ella.

—Daniel convenció a la reina de que los impuestos se iban a cobrar una vez al año, y los pobres no pagarían mucho. Faltan 4 meses para la recolección de impuestos, idiota.

—¡Cállate, plebeyo!

—Plebeyo… Daniel odiaba esa palabra… Él decía que era discriminadora…

—¡¡Que te calles!!

Está a punto de atacarme, pero activo mi modo verde.

Esquivo su ataque y le doy una patada a su mano, provocando que su espada salga volando.

—Daniel odiaba a las personas como tú…

Pateo sus piernas y cae al suelo.

—Te aprovechas de tu poder… Eres asqueroso.

Los demás hombres con armaduras intentan atacarme, pero Crismi reacciona y los derrota fácilmente a todos. Con sencillos golpes en la cabeza, todos fueron derrotados.

—Escucha con atención. Si te aprovechas de tu poder otra vez, te mataré.

—Sandro, ya fue suficiente.- Dice Crismi.

—Sí… Supongo.

-Minutos después-

Nos alejamos del pueblo. Dix, en su forma humana, está cargando una enorme bolsa.

—Esto me hace enojar... Todos los esfuerzos de Daniel… Todo lo que hizo para que no existiera la discriminación… Pero nada ha cambiado…

—No se puede cambiar el mundo tan fácilmente.- Dice Crismi.

—Sí, lo sé… ¿Recuerdas cuando Daniel golpeó a ese noble?

—Sí, lo recuerdo… Eso será difícil de olvidar.- Dice Crismi sonriendo.

—La reina quería hablar con él y fuimos al castillo. Daniel no se arrodilló ante ella, y eso enfureció al hermano menor de la reina. Empezó a insultarlo. "Plebeyo asqueroso." "Maldito ignorante." Pero Daniel ignoró sus insultos… Hasta que él dijo: "¡¿Tu asquerosa abuela no te enseñó a respetar a tus superiores?!"

—Sí, recuerdo esa parte… Realmente quería matarlo.

—Pero Daniel simplemente sonrió y se acercó a él. Él dijo: "¿Asquerosa?" Y golpeó al noble en el rostro con su puño derecho… El noble empezó a llorar y gritó pidiendo ayuda.

—Y ningún guardia se atrevía a atacar a Daniel.

—Sí… Daniel era alguien que, a pesar de ser reconocido por todo el mundo, él nunca se sintió superior… Y odiaba a las personas que se creían superiores a otros.

—Eso era parte de su encanto…

—Sí…

Lágrimas comienzan a salir de mis ojos y sonrío.

—Realmente lo extraño.

—Sandro…

—Me veo patético, pero era mi mejor amigo… Y se sacrificó por nosotros… Me siento un inútil.

—¿Sabes cómo te sentirías mejor?

—¿Cómo?

—Salvando este mundo... Cumpliendo con la misión de Daniel.

—Sí… Lo sé…

—Sabes, Sandro… Daniel me contó que eras muy diferente cuando te conoció… Realmente cambiaste demasiado.

—Y gracias a él… Realmente estoy muy agradecido con él.

—Sí… Yo también.