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blackwater

La mansión a la que llegaron era muy grande, con grandes y hermosos jardines en su frente, una fuente y unos árboles frutales que regalaban una refrescante sombra.

Los guardias a cargo de las rejas los dejaron entrar después de ver el escudo del carruaje y la mujer en su interior. El piso por el que conducía parecía haber Sido pavimentado aunque no sabía exactamente cómo. Una vez frente a la puerta maxwell le abrió la puerta a la mujer y le tendió la mano para bajarse como todo un caballero, pero la mujer lo ignoro y dirigió su mirada hacia la puerta de la mansión que lentamente se abría.

"¡¡Ya puedes irte!!" Dijo la mujer a maxwell sin siquiera mirarlo.

"¡¡¿Que?!!" Maxwell se sorprendió y enojó mucho.

La salvó de una muerte segura, condujo su carruaje por todo el largo camino sin quejarse e incluso se rebajó a si mismo al decir que era uno de sus sirvientes en la segunda puerta ¿y luego lo vota así sin más? ¿Que cree esta mujer que era? ¿su maldito cochero?

"Perdón señorita no entiendo que me quiere decir." Dijo maxwell con un puño cerrado tratando de controlar su temperamento.

"Ya no me eres de utilidad, puedes irte." Repitió ella con indiferencia.

Maxwell ya no pudo aguantarlo más y se preparó para darle una cachetada a la mujer, cuando...

"Vaya vaya. ¿Que tenemos aquí? ¿No es la hija más adorada por mi querido esposo?" Una mujer de unos treinta años apareció detrás de la puerta. Cabello castaño corto que llegaba hasta sus hombros, lentes de media luna que sacaban a relucir sus ojos café. Un cuerpo muy erótico y sexi, acompañado de un comportamiento suave y refinado.

La mujer que vino con maxwell no respondió nada a la mujer tratando en lo más posible de ignorarla. Pero la señora parecía haber esperado este comportamiento de ella y dirigió su mirada hacia maxwell.

"¿Que tenemos aquí? Este no es ninguno de tus guardias, por no decir que es solo un niño." La mujer se llevó una mano en la barbilla intrigada. "¿Quien eres?"

Encontrando su oportunidad de nuevo maxwell trato de comportarse como un ingenuo niño de 12 que tuvo que huir de su familia por los problemas de sucesión que viajo hacia el gran imperio Lester para estudiar en la famosa orden de caballería y en el camino conoció y Salvo a la mujer del carruaje. Por supuesto también le contó como la chica simplemente lo iba a echar así sin más.

Aunque técnicamente todo eso era cierto a excepción de lo ingenuo, trato de actuar como un tonto niño de 12 años que no tenía idea de su siguiente paso y mostrándose indefenso.

"¡Oh! Pobre niño." La mujer acaricio su cabeza. " Puedes quedarte con nosotros si así gustas. Después de todo salvaste la vida de uno de nosotros, sería de mala educación dejarte ir sin mostrar nuestro agradecimiento." Dijo a la vez que también dirigía una mirada hacia la chica pelirroja. "¿Verdad Verónica?"

"Humph." La chica volteo media cabeza y entro en la mansión sin mirar atrás.

La señora Silvia sacudió la cabeza indefensa al soltar un suspiro.

"No te preocupes por ella. Ha Sido demasiado consentida por su padre lo que llevo a su personalidad."

"Si señora." Respondió maxwell obediente.

"Jajaja pero que lindo niño." Silvia agarró los cachetes de maxwell por un segundo antes de darse la vuelta e indicarle que la siguiera.

Una vez que está se dió la vuelta, los cachetes inflados y la expresión ingenua desaparecieron del rostro de maxwell y una sonrisa repugnante aparecieron repentinamente. Se pasó la lengua de forma lasciva por los labios mientras miraba los bien formados glúteos que rebotaban con cada paso que daba silvia en los escalones de la entrada de la mansión.

Silvia fue muy amable con él, le mostró la habitación donde podía quedarse, los distintos lugares de la mansión y también le dijo que vivía junto a dos de sus hijas y otro hijo de su esposo con otra mujer, junto con maxwell y Verónica ahora había seis personas habitando la mansión a excepción de los sirvientes por supuesto.

"Me dijiste que también eres un noble ¿verdad?" La mujer miró a maxwell con curiosidad. " ¿Podrías por favor mostrarme de que clase es tu magia?"

Maxwell se mostró un poco inseguro y tímido. "Está bien." Asintió con un lindo cabeceó. "Pero no puedo aquí."

"¡¡Oh!!" Silvia mostró mucha curiosidad. "¿Porque es eso?"

"Podría dañar la mansión." Respondió maxwell en un susurró avergonzado.

Silvia se sorprendió un poco y lo invito a su patio trasero que también se utilizaba como campo de entrenamiento.

"Ahora eres libre de usar tu poder." Aseguro Silvia con una sonrisa.

"¿Estás segura?" Preguntó maxwell un poco dudoso.

"Si adelante." Respondió a lo que maxwell asintió.

Maxwell obviamente no iba a utilizar todo su poder, pero tampoco podía utilizar muy poco. Queria impresionar por completo a Silvia para que está le rogara que no se fuera, después de todo ninguna gran familia noble diría que no a un fuerte caballero.

Tenía que dar lo suficiente para ser muy pero no tanto para ser considerado un monstruo y a la vez tener sus cartas ocultas.

Maxwell extendió su brazo derecho en dirección de una gran fila de árboles. Un gran sonido de explosión resonó en el patio al mismo tiempo que una cegadora luz impidió a todos abrir los ojos por unos segundo.

Cuando ver 10 árboles en fila partidos directamente a la mitad y aún quemándose.

"¿Que elemento es ese?" Preguntó inconscientemente.

"Rayo." Respondió maxwell un poco avergonzado con su brazo soltando unas pocas chispas.

"Muy bien." Silvia asintió. " Puedes quedarte en tu habitación acomodarte, te llamaré cuando sea la hora de la cena."

"Si señora." Maxwell asintió y corrió emocionado a su nuevo cuarto.

Cuando ya no estaba a la vista un anciano vestido con un ceñido traje negro típico de un mayordomo se acercó a Silvia con reverencia.

"¡Que gran poder posee ese chico! ¡¡Felicidades mi señora por descubrir tal joya oculta!!" El mayordomo se inclinó un poco.

Pero Silvia no parecía contenta con sus cumplidos y miró a maxwell con el ceño fruncido.

"De no ser por haberlos recibido yo misma, talvez esto no habría pasado y el chico se hubiera matriculado en la orden de caballeros sin antes conocernos." El ceño de Silvia se profundizó aún más con molestia. "Esa maldita malcriada casi hecha a perder todo."

El mayordomo se quedó en completo silencio, no tenía el mas mínimo derecho hablar mal de sus amos fueran quiénes fuera. Pero en el fondo estaba muy de acuerdo con Silvia.

El modo de crianza de Verónica la había vuelto arrogante en una medida que ya era muy perjudicial a la familia. Ni si quiera ponía en sus ojos a su señora madre y menos a la señora Silvia. Hubo ocasiones en las que incluso fue en contra de su padre marquez de blackwater.

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último de los capítulos prometidos.

ahora sin quieren más... voten voten y vuelvan a votar, les prometo que si la historia entra en un ranking o si quiera está cerca... libero dos capítulos más.

se necesitan por lo menos 500 votos, pero hey son 1500 ustedes.

por si se lo preguntan, si maxwell seguirá con sus andanzas y su próximo objetivo es Silvia.

cuídate mucho nueva milf

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