Él eres tú

—Lo sé —le dijo Gavriel con una mirada conocedora en sus ojos y los de Evie se abrieron aún más—. ¿¡Él sabía?! ¿¡Cómo?! Tenía sus puños apretados en el borde de la bañera mientras lo miraba con asombro. 

—¿Sabes...? Quiero decir... ¿recuerdas tus... recuerdos de tu... pasado yo? —preguntó ella, tartamudeando. Sus ojos brillaban de curiosidad y total incredulidad. Siempre se había preguntado al respecto. Especialmente después de Gavrael...

Evie estaba segura de que en ese momento, Gavrael ya se había ido. Y por eso ella había llorado y lo había llorado tanto. De hecho, incluso ahora, todavía sentía un tipo de dolor vacío que permanecía en su corazón que no parecía desaparecer aunque Gavriel finalmente estuviera de vuelta con ella. De alguna manera tenía ese extraño sentimiento como si una parte de él, que era Gavrael, hubiera desaparecido para siempre, nunca para volver. Fue difícil para ella aceptarlo como si los dos simplemente hubieran intercambiado lugares.