Momentos después, en el coche, Shi Xiao condujo mientras miraba por el espejo retrovisor a la persona que estaba en el asiento trasero.
Ning Xi se apoyaba sin ganas contra Lu Tingxiao. Mientras bostezaba, su par de ojos estrellados lloraban. Había hecho tantas escenas seguidas hoy y había consumido demasiada energía. Una vez que tuvo la oportunidad de relajarse, fue difícil permanecer despierta por más tiempo. Lu Tingxiao ayudó a ajustar a la niña a una posición cómoda.
—Si estás cansada, entonces duerme un rato.
Ning Xi asintió con ojos soñolientos. Se acostó en el regazo de Lu Tingxiao y cerró los ojos. Muy pronto llegó el sonido de una respiración prolongada y exhausta.
Lu Tingxiao sacó una manta del compartimento de almacenamiento y cubrió suavemente a la niña con ella, luego ordenó a la persona que iba delante sin siquiera mirar hacia arriba:
—Aumenta un poco la temperatura.
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