—Mamá, quiero dejar este picnic y volver a casa. Tengo miedo…
Chloe sonrió amargamente y acarició el cabello de Mackie. No tenía respuesta para eso, porque no había manera en el infierno de que ella regresara con Vicente.
Pero si le decía que no a Mackie, probablemente armaría otro berrinche. Así que preguntó: —¿Y si nos mudamos a una casa mejor en lugar de eso? No podemos volver a casa porque Papá todavía está ocupado. Pero siempre podemos mudarnos a un hogar mejor…
—¡Ah! ¡Me encantaría! —Mackenzie asintió feliz. Estaba demasiado acostumbrada a su antigua casa, donde no necesitaba hacer shush-shush. —¿Cuándo nos mudamos, Mamá? ¿Mañana?
—T—Tranquila. No falta mucho —dijo Chloe.
—¿Promesa?
—Promesa.
—Está bien, Mamá, buenas noches —Mackenzie se sintió mucho mejor después de obtener la promesa que quería. Cerró sus ojos y se durmió después de un día tan largo.
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