Otras Cosas

—¿Qué pasó? —preguntó Galen.

—Su corazón no resistió —dijo Bell con un sollozo—. Salió del coma, su adrenalina aumentó más fuerte que nunca y nadie pudo detectarlo a tiempo.

Galen cerró los ojos. Deseaba poder sostenerla en sus brazos y ofrecerle su apoyo.

—Su corazón ya estaba débil; estaba viviendo tiempo prestado antes de que la trajéramos.

—Bell—comenzó Galen.

—No digas que lo sientes —Bell lo interrumpió rápidamente—. Odio eso.

—Lo sé —sonrió tristemente Galen—. Iba a decir, si necesitas algo de mí o de nuestras instalaciones, solo tienes que pedirlo.

Bell se sorprendió.

—¿De tus instalaciones? —preguntó—. ¿A qué te refieres?

—Con la autopsia, pensé que podríamos ayudar.

—¿Por qué haría una autopsia a mi amiga, Galen? —preguntó Bell con un tono de enojo en su voz que lo puso nervioso.

—Solo pensé

—¿Que querría abrir a mi amiga muerta cuando ya sé de qué murió?! —escupió Bell.