Granger echó hacia atrás su copa de hidromiel, bebiéndosela de un trago, hasta la última gota. Ni siquiera necesitó pedir una segunda. Ya se había convertido en un habitual del bar.
—¡Ahí estás! —llamó una voz sonriente y familiar desde la entrada—. Te he buscado por todas partes.
—No, no lo has hecho —se burló Granger, bebiendo de su segunda copa.
—No, tienes razón, no lo he hecho —se rió Holden—. Es bastante claro estos días que si no estás con la Señorita Ashleigh, estás aquí. Y como acabo de ver a la encantadora señorita entrenando con Beta Galeno, vine directamente aquí.
Granger gruñó al mencionar a Galeno.
—Basura de Verano —se dijo a sí mismo Granger. Holden puede que no estuviera al tanto del pensamiento actual, pero entendía la atmósfera.
Unterstützen Sie Ihre Lieblingsautoren und -übersetzer bei webnovel.com