Capítulo 16: La Búsqueda del Santuario
Guiados por Alaric, el grupo partió al amanecer hacia el misterioso santuario oculto. Este santuario, según la leyenda, albergaba un antiguo Jokai que ningún portador había reclamado en siglos. La secta había intentado acceder al lugar varias veces, pero siempre habían fracasado. Kael y su grupo ahora tenían una oportunidad única de llegar primero y obtener una ventaja crucial.
Un viaje peligroso
El camino hacia el santuario era difícil y traicionero, lleno de caminos montañosos y cañones profundos. A medida que avanzaban, notaban signos de batalla: rocas quemadas, marcas de energía y árboles partidos por la mitad.
Ren, siempre curioso, preguntó: —¿Qué clase de batalla tuvo lugar aquí?
Alaric, con un tono sombrío, respondió: —La secta ha intentado abrirse paso muchas veces. Cualquier portador que intente reclamar el Jokai de este santuario debe enfrentar desafíos extremos.
Extrañas visiones
Mientras el grupo avanzaba, comenzaron a tener visiones. Kael vio sombras de su pasado, enfrentándose a figuras que reconocía vagamente. Kira se detuvo, respirando con dificultad, mientras una sombra oscura parecía susurrarle cosas desconocidas.
Last, luchando contra su propia visión, murmuró: —Es como si el santuario quisiera probar nuestra determinación. Nos está mostrando nuestros miedos.
Aqua apretó los puños, avanzando sin mirar atrás. —Si este es un desafío, entonces debemos superarlo. No podemos rendirnos ahora.
El Guardián del Santuario
Al llegar a la entrada del santuario, una figura imponente y etérea apareció, bloqueando el paso. Era el Guardián del Santuario, una entidad compuesta de luz y sombra que irradiaba un aura de gran poder. Su voz resonaba en el aire, profunda y desafiante.
—Solo aquellos que poseen un corazón puro y un propósito firme pueden reclamar el Jokai que resguardo. ¿Por qué habéis venido hasta aquí? —preguntó el Guardián.
Kael dio un paso al frente, con voz decidida. —Hemos venido a detener a la secta. Buscamos el poder de este Jokai no para beneficio propio, sino para proteger a los nuestros y evitar que el Eterno despierte.
Las pruebas del Guardián
El Guardián asintió y, extendiendo su brazo, proyectó una serie de sombras que se materializaron en formas de enemigos conocidos y temidos por cada miembro del grupo.
—Para avanzar, cada uno de ustedes debe enfrentarse a su propia oscuridad —anunció el Guardián.
Uno por uno, cada miembro del grupo fue enfrentado a sus propios demonios:
Kael luchó contra un espectro que representaba su miedo al fracaso y la pérdida de su equipo. La sombra le susurraba que sus amigos caerían por su culpa.
Kira se enfrentó a una imagen distorsionada de sí misma, llena de ira y resentimiento. La sombra la tentaba, incitándola a abrazar el odio para obtener más poder.
Ren tuvo que enfrentar el miedo a ser débil e insuficiente, una sombra que le recordaba las veces que había dudado de sí mismo.
Aqua luchó contra una versión oscura de ella misma, un reflejo que le cuestionaba su capacidad para liderar y proteger a los suyos.
Last, mientras tanto, se encontraba frente a una versión oscura de Destro, que lo incitaba a dejarse consumir por la oscuridad y liberar su poder sin control. La tentación era abrumadora, pero Last recordó las palabras de Alaric: "La oscuridad debe controlarse, no dominarte".
Con determinación, cada uno de ellos venció a sus sombras, rechazando las dudas y temores que los atormentaban. Al ver su triunfo, el Guardián inclinó la cabeza en señal de respeto.
El legado del Jokai
—Habéis demostrado que sois dignos —dijo el Guardián, y el santuario se abrió, revelando un Jokai brillante, de energía pura, que flotaba en el centro de la sala. Este Jokai irradiaba una fuerza serena y controlada, diferente a los otros Jokai.
El grupo avanzó cautelosamente, pero el Jokai eligió a Aqua, envolviéndola en una luz intensa. Sentía cómo se fundía con ella, dándole una fuerza renovada y una paz interior que la hacía sentir completa.
—Este es el Jokai de Armonía, capaz de unir luz y oscuridad. Úsalo con sabiduría —le dijo el Guardián antes de desvanecerse.
Una alianza fortalecida
Con el poder del nuevo Jokai, Aqua sentía que podía guiar al grupo con mayor firmeza. Se miraron entre sí, sabiendo que habían dado un paso importante no solo en poder, sino en confianza y unión.
Alaric, viendo el crecimiento de cada uno, murmuró: —Ahora estamos listos para enfrentar lo que venga.
Cierre del capítulo
Con un nuevo poder en su haber y la confianza de haber superado sus mayores miedos, el grupo sale del santuario, sabiendo que la secta no descansará. Pero ahora, con la fuerza del Jokai de Armonía y su alianza más sólida, están listos para la batalla que se avecina.