—Chi, estoy muy contenta de haberte visto hoy. Te he estado buscando en la aldea pero, ay, nadie me deja verte, es como si el destino quisiera que te encontrara aquí —Fang Chi bajó la cabeza, temiendo que si seguía mirando la expresión de 'adoración' de Mu Yuxi podría realmente vomitar su almuerzo. Sin embargo, a Mu Yuxi no parecía molestarle su silencio, sonreía y cruzaba los brazos sobre su pecho continuando hablando con un tono lleno de ternura y los ojos rebosantes de afecto—. ¿Te gustó la pequeña actuación que te dediqué? Recuerdo que solías tocar esa canción para mí de vez en cuando... Todavía recuerdo lo difícil que fue para ti aprender a tocar el Guqin pero al final, aprendiste esa canción por mí.
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