44 pequeños zapatos de cuero prometen

Li Xiuli rodó los ojos y la miró con enojo.

—¿Quieres beber sangre si te lo pido?

Los más jóvenes en la familia no insistieron en pedirlo.

—A tan avanzada edad, ¿cómo puedes tener el descaro de arrebatar este pedacito de comida?

—¿No comiste carne recientemente? ¿Por qué tan glotón?

—No digas que ella favorece a Tangtang.

—Ella es la madre biológica de Tangtang, si no favorece a su propia hija inteligente y sensata, ¿a quién debería favorecer?

Zhou Mei, rechazada, tenía una expresión avergonzada en su rostro y, temiendo una posible paliza, retrocedió, forzando una sonrisa fingida.

—No es necesario, no es necesario —dijo ella—. Estoy bastante saludable, no necesito suplementos.

—¿Beber la sangre de la suegra? ¿Se atrevería? —preguntó.

Después de decir esto, sin esperar la respuesta de la madre de Li, Zhou Mei tomó su azada y se apresuró hacia la casa.

Había caminado un poco.

—Luego recordó que parecía haber olvidado algo.