El restaurante lujoso donde Robert había organizado la cena de fin de mes estaba decorado con luces cálidas y mesas dispuestas con precisión. Para el equipo de **Glitch Games Inc.**, la cena era un evento esperado; no solo por la comida y el ambiente, sino porque sabían que Robert era generoso con los **bonos** y las recompensas al final de cada mes.
**Claudio**, **Adrián**, **Carlos** y los demás empleados estaban ya reunidos, charlando alegremente mientras esperaban la llegada de Robert. El ambiente era relajado, con risas y bromas entre ellos, pero también con un aire de expectación, pues sabían que algo importante sucedería esa noche.
Finalmente, Robert apareció en la puerta del restaurante. Vestido con un traje casual, entró con su típica sonrisa, aunque internamente sentía la presión de los números. A pesar de todos sus esfuerzos por reducir el saldo, sabía que **Horrible Threads** seguía generando ingresos de manera inesperada. En cualquier momento, Carlos le daría la sorpresa que no quería recibir.
El equipo aplaudió su llegada, y Robert, aunque algo nervioso, levantó una mano para saludar a todos. **"Maldita sea, espero que no me digan nada de las ventas esta noche"**, pensó. Sabía que no podía mostrar ninguna frustración frente a sus empleados, así que se colocó en su asiento, con una sonrisa en el rostro.
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La cena comenzó con platos elegantes y conversaciones distendidas. Todo iba bien hasta que **Carlos**, sin poder contener la emoción, decidió levantarse y hacer un pequeño discurso.
"Bueno, quiero aprovechar este momento para agradecer a todos por su esfuerzo este mes. Ha sido un gran mes para la empresa, pero también hay algo especial que quiero compartir", dijo Carlos, mirando a Robert con una sonrisa traviesa.
Robert, quien estaba a medio bocado, se quedó congelado. **"No, por favor no lo digas ahora"**, pensó.
"Como muchos de ustedes saben, **Horrible Threads** ha alcanzado un nuevo nivel de éxito. Gracias al interés de la comunidad de diseñadores de moda, el juego ha visto un crecimiento increíble en las últimas semanas. ¡Las ventas se han disparado y ahora estamos más sólidos que nunca!"
Los empleados rompieron en aplausos. **Claudio**, **Adrián** y los demás comenzaron a aplaudir con entusiasmo, felicitando a Robert, quien sonreía forzadamente mientras un leve temblor comenzaba a notarse en su ceja izquierda. Todos lo vieron y asumieron que era una muestra de pura felicidad.
"¡Miren la ceja de Robert! Está tan feliz que no puede contenerse", murmuró **Adrián** a Claudio.
"Sí, eso es verdadera dedicación", respondió Claudio. "Nuestro jefe siempre piensa en el futuro de la empresa. Es un ejemplo a seguir."
Robert, mientras tanto, estaba internamente gritándole a Carlos: **"¡Maldita sea, Carlos, avísame antes!"**. Pero no podía hacer más que fingir que todo estaba bajo control. Después de todo, nadie podía saber del sistema.
Los empleados seguían aplaudiendo y hablando maravillas de Robert, malinterpretando su ceja temblorosa como un signo de alegría y liderazgo visionario. Para ellos, su jefe era alguien que nunca se conformaba con el éxito, siempre buscando más. Lo que no sabían era que Robert estaba buscando exactamente lo contrario: una manera de perder dinero.
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A medida que la cena avanzaba, los empleados compartían sus ideas para el próximo proyecto, sin dejar de elogiar a Robert por su supuesta visión de futuro. Sin poder evitarlo, Robert se sentía atrapado en su propio plan. Sabía que al final del mes, cuando el sistema hiciera sus cálculos, terminaría con más dinero del que había gastado.
"Bueno", dijo Robert finalmente, levantándose de la mesa con su copa de vino en mano. "Agradezco el esfuerzo de todos. Estoy seguro de que el próximo mes también será… interesante."
Mientras los empleados seguían aplaudiendo, Robert pensaba en las nuevas formas que tendría que idear para gastar dinero sin que la empresa siguiera teniendo tanto éxito. Sabía que lo que estaba por venir no sería fácil, y que con el crecimiento continuo de **Horrible Threads** y el nuevo juego en desarrollo, tendría que ser aún más creativo si quería mantener su plan intacto.