Un domingo muy domingo en marzo de 1984.
Tadeo al sentirse despierto, abrió los ojos y miró fijamente el techo, escucho a titán roncar fuerte en sus piernas.
La habitación estaba en silencio, pero él zumbido leve aún estaba pero no era tan ruidoso como antes.
Bostezo con ruido y se estiro aún acostado, el perro gigante y blanco lo sintió.
Miró la cara de su dueño y de la nada, sus orejas se pusieron atrás y se levantó con fuerza.
El niño al ver esto, rápidamente se tapo y agarro las frazadas con fuerza.
El dogo argentino empezó a correr de un lado a otro, subiéndose a la cama y bajándose.
Y al sentir un bulto gigante fue hacia este y comenzó a golpearlo con sus patas y hocico.
Tadeo divertido comenzó a golpearlo con la frazada y titán comenzó a morder sus manos.
Después de jugar un rato, los dos salieron de la habitación, el niño abrió la puerta trasera al perro mientras que iba a preparar las cosas para desayunar.
Sus padres estaban abrazados en el sillón mirando la televisión.
Al terminar su termo diario de agua junto con un paquete de galletas de agua, se fue a bañar y cambiarse de ropa.
Al usar solo un pantalón de jogging corto de color azul muy oscuro y unas sandalias de color negro, fue afuera de su casa a llenarle el taper de agua de titán.
Fue a la cocina y puso comida de perro en otro taper.
Su pelo quedó suelto y este le llega hasta la nuca, se lo peino y este quedo pegado al cuerpo.
Su parte superior ya comenzaba a mostrar rastros de músculos y venas en su brazos.
-¡Tadeo!- Escuchó el niño que estaba fuera de casa jugando con el perro.
Al entrar vio que su padre lo miraba y espero sus palabras.
-estate listo que vamos temprano ahora, vamos hacer asado en la noche.- dijo su padre.
Él niño asintió y fue a ponerse una remera de color verde oscura, como si fuera militar.
Al poner la guitarra atrás, fue al asiento de copiloto y se puso el cinto y apenas pasaron unos segundos su padre salió de la casa.
Al cerrar la puerta del falcón y encenderlo e ir al coliseo, su padre hablo.
-¿te espero o compro solo la carne y las cosas?- preguntó él mientras lo miraba de reojo.
-espérame, quiero comprar con vos.- dijo el niño.
El hombre ante la respuesta se quedó callado, el niño subió el volumen de la radio y la voz de Gustavo Cerati estaba sonando.
Al llegar al coliseo, entraron y fueron al estudio el indio.
Tocaron la puerta y el turco les abrió, pasaron y notaron que en la otra sala estaba el grupo de cuatro de ayer.
Todos se saludaron con la mano incluido Tadeo, aunque Tadeo casi nunca estaba molesto, su expresión decía lo contrario.
No era por nada, solo era así.
-¿paso algo?- pregunto Julián al ver al niño con el ceño fruncido.
Y cuando le preguntaron, Tadeo puso expresión en blanco.
-no nada ¿Por qué?- dijo confundido.
-por la expresión digo.- agregó Julián.
Tadeo solo negó con la cabeza para decirle que todo estaba bien.
-vamos a grabar más canciones, unas seis, después de ahí terminamos y vamos al café.
Primero las grabaré y ustedes me escucharan y repetirán, y después le diré cuando cantarán conmigo con les avise con mi mano- dijo Tadeo.
-¿solo faltan seis temas para completar el álbum no?- preguntó Mauricio.
-así es. Después de eso, El negro me hablo que al una vez al mes haremos un show grande- dijo Tadeo.
-¿Qué tan grandes?- preguntó Rodrigo.
-predio ferial.- respondió el niño.
Todos quedaron sorprendidos
-¿si nosotros sabemos más de festivales, les decimos a al negro y al turco?- preguntó Leonardo cambiando de tema pero similar.
-por supuesto, así hacemos publicidad al álbum, pocos después de la euforia vamos a crear otro.- respondió Tadeo.
El grupo de cuatro asintió ante esto, Tadeo agarro la guitarra y se acercó al micrófono principal.
Respiro hondo, afino su guitarra y aclaro su voz.
Él canto solo y toco el punteo principal del tema que recordaba.
[🎵🎶🎵🎶 la añera – los chalchaleros.
Primera
-después de esa palabra, Tadeo punteo con las cuerdas graves.-
¿Dónde está mi corazón,
Que se fue tras la esperanza?
Tengo miedo que la noche
Me deje también sin alma.
Tengo miedo que la noche
Me deje también sin alma
¿Dónde está la palomita,
Que al amanecer lloraba?
Se fue, muy lejos, dejando
Sobre mi pecho, sus lágrimas.
Se fue, muy lejos, dejando
Sobre mi pecho sus lagrimas
Cuando se abandona el pago
Y se empieza a repechar,
Tire el caballo adelante
Y el alma tira pa' tras.
Tire el caballo adelante
Y el alma tira pa' tras
Segunda
-Tadeo hizo nuevamente el punteo.-
Yo tengo una pena antigua
Inútil botarla afuera.
Y como es pena que dura,
Yo la he llamado la añera.
Y como es pena que dura,
Yo la he llamado la añera
¿Dónde están las esperanzas?
¿Dónde están las alegrías?
La añera es la pena buena
Y es mi sola compañía.
La añera es la pena buena
Y es mi sola compañía.
Cuando se abandona el pago
Y se empieza a repechar,
Tire el caballo adelante
Y el alma tira pa' tras.
🎶🎵🎶🎵]
Poco después de terminar, le dijo a Mauricio, Rodrigo y a Leonardo lo acompañe con las voces y punteo de acompaño.
Julián por su parte le dijo que toque el bombo.
Varios minutos después, terminaron después de que Tadeo les guio como hacer cada paso.
Al terminar, el turco y el negro comenzaron a editar el tema.
Y así siguió con cada tema que hicieron hasta el mediodía.
Perfume de carnaval de la juntada, la tristecita de Horacio Guarany, soy tu amantes trovador de los manseros santiagueños y la cerrillana de los chalchaleros.
Tadeo parecía un director de orquesta ya que siempre hacia arreglos sobre algo cuando no le gustaba.
Sea las guitarras, bombo, bandoneón, acordeón, violín (que él mismo tocó), voces e incluso algunas cosas cambió en el producto final.
Su padre solo lo miró atento, él no se iba a entrometer en algo que no sabía, aunque algunas veces no entendía algo.
Para el resto, el tema final estaba bien pero había algo que molestaba a Tadeo y hasta que no lo haya identificado no le gustara la canción.
Al terminar, el grupo de cuatro nacionalizado argentinos se dieron cuenta el talento de Tadeo.
Tanto musical, lirica, vocal y detallista, si no fuera por su aspecto físico, lo hubieran visto como un productor y escritor de canciones.
El grupo se separo y se fueron hacer lo que tenían que hacer es sus respectivas vidas.
El dúo padre e hijo, fueron a la anónima, un supermercado que ya lleva setenta y seis años desde que se creo.
Al estacionar, salieron del auto y fueron al gran supermercado de color azul mar oscuro y de color gris.
Poco después de entrar, fueron revisados para seguridad de otros clientes, Tadeo agarro un carrito y fue con su padre.
Marcelo tenía una mano puesta en el carrito de compras, y en camino compraron cosas varias, perfumes para piso.
Trapos de piso, un escobillón, esponja para lavar los platos, y productos de limpieza.
Después fueron al pasillos de galletas y sus variedades, Tadeo fue directo a las galletitas rumba junto con otros paquetes de rellenas.
Marcelo por su parte agarró varios paquetes de 9 de oro, al terminar, fueron al puesto de la carnicería.
Al llegar Marcelo miro uno por uno los cortes, pidió corte mar del plata, vacío, punta de espalda, chorizo de vaca, salchicha parrillera y pollo.
El carnicero le entrego los pedidos, al terminar fueron a la sección de verdulera.
Trajo cuatro kilos de papa, cebolla, lechuga, tomate y algunas otras más para hacer chimichurri casero.
Tadeo puso en el carrito tres kilos de pan, y varias gaseosas y por pedido de su padre seis cervezas.
Marcelo le pregunto a su hijo si quería algo más y este se fue a la sección de saché de yogures.
Pero solo trajo de sabor vainilla.
Poco después de terminar las compras, fueron a hacer la fila para pagar.
El padre le pidió al hijo que busque cajas para guardar más cosas y el niño obedeció.
Tadeo evito con agilidad los cuerpos de más personas y fue directo a las cajas que no usaba el supermercado.
Él agarro las más grandes y se las llevó, espero hasta que sea el turno de su padre.
Al llegar, el cajero comenzó a registrar los productos uno por uno, Tadeo mientras tanto guardo más cosas ya registradas.
Poco después de llenar una caja la ponía en el carro y así sucesivamente.
Al llegar al auto, Marcelo abrió el baúl y junto con su hijo guardaron las cosas.
Poco después le pidió a Tadeo que devuelva el carro adentro del supermercado.
Tadeo fue y cuando por ponerlo junto al resto su hombro sintió un cosquilleo.
Apenas la mano toco su hombro con fuerza, Tadeo por instinto cerró su puño con fuerza y dio un golpe con el reverso de mano.
A la vez que se alejaba y fruncía el ceño, sentía su corazón acelerarse y miró quien lo toco.
Era una mujer joven, de unos tal vez veinte años o más, ella se agarró su cachete derecho mientras se agachaba del dolor.
Y el niño al no querer más problemas se fue, pero alguien fue más rápido, un muchacho de la misma edad que la mujer.
Agarró con fuerza el bíceps derecho del niño y nuevamente por instinto golpeó al que lo toco.
A la vez que zamarreó su brazo del agarre del muchacho, Tadeo corrió hacia su padre.
Al llegar y sentarse dentro del Ford falcón, se dio cuenta de que no estaba respirando.
Puso su mano en el pecho y notó como palpitaba con velocidad y potencia.