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CAPITULO 15:

El alcalde Baltimore se encontraba junto con su hijo, saliendo de Chicago con destino hacia Nueva York. La última reunión que había entablado lo había puesto algún inconveniente que este quería evitar a toda costa.

Aunque tenía la confianza para realizar una maniobra de tal osadía, debido a que tenía los contactos y los datos suficientes como para poner en jaque a una de las corporaciones más poderosas del mundo. Vought internacional.

No todos, por no decir nadie, se atrevía a chantajear al subdirector de la empresa que tenía literalmente a todos los héroes de su lado.

Pero en su defensa, parecía extremadamente ridícula comprar un contrato de 300 millones de dólares por un año con cualquier héroe que ellos quisieran proporcionar.

El alcalde de Baltimore quería a thor y solo thor. Porqué de todos los héroes del cual tenía conocimiento sobre sus acciones privadas, era el único capaz de ser una persona decentemente normal dentro y fuera de su trabajo. Así que no tendría ningún tipo de inconveniente o imprevistos que pudieran terminar en asuntos legales para encubrir cualquier fechoría a causa de sus excentricidades. Una problemática que todo héroe tenía desde que se lanzaron al mercado. También, thor era un hombre de familia y era el perfecto candidato que podría asegurarle su reelección en las próximas elecciones que tanto necesitaba.

Baltimore tenía que reconocer que su imagen se había encontrado empañada debido a ciertas situaciones con respecto aún surgimiento de múltiples bandas latinoamericanas que estaban poniendo de cabeza a sus ciudadanos.

Sin embargo, nunca esperó que madryn se negara rotundamente a proporcionarle al héroe de Thor como el héroe que necesitaba. Incluso cuando había le había ofrecido 400 millones como cebo. Los siete en su conjunto, estaban fuera de los contratos, siendo solo un selecto numero de empresas capaces de trabajar con the seven.

Pero con su chantaje, había asegurado que por lo menos la subdirectora de la empresa de superhéroes pensara acerca de sus demandas, y tal vez, poder contratar al héroe que deseaba O al menos tener a un superhéroe a un menor costo.

Saliendo del baño del avión, su Jet se desplazaba a toda velocidad sin decirle a nadie su salida. La turbulencia de la noche había sacudido la aeronave, pero no era lo suficientemente grave como para solicitar un aterrizaje prematuro, lo que le daba la seguridad de mantenerse tranquilo.

Su hijo parecía completamente agotado, mientras leía un cómic de "Thor: gladiador galáctico". O lo que sea que eso significase. Hoy en día todos los niños amaban la figura de Donald Blake, un ejemplar profesor de física, que aparentemente, era uno de los pocos súper humanos que parecían incorruptibles ante la fama, o al menos escondía muy bien como gestionaba su vida detras de las cámaras.

Se sentó al lado de su hijo, que parecía un poco nervioso por los ligeros movimientos erráticos del avión. Sonrió con algo de cariño, mientras le ponía la mano en su hombro.

Tomó un pequeño trago de su licor que llevaba en la mano, para luego ponerlo en su asiento, tomaba la carpeta que se encontraba sobre la mesa y empezaba a analizar la agenda que tenía en los próximos días.

La turbulencia aún continuaba, y el niño parecía más asustado. por casualidad, observó hacia la ventana, descubriendo solamente las nubes oscuras iluminadas por los relámpagos que serpenteaban en su interior. Fue ahí, entre los destellos de los rayos, que el niño pudo divisar la figura humanoide de alguien desplazándose a través del aire.

La distintiva capa de la bandera de los Estados Unidos era una insignia icónica de aquel responsable de poder ejercer un vuelo sobrehumano a tales alturas, por no decir más allá de la atmósfera. Solo dos súper humanos fueron capaces de realizar esta hazaña, pues cualquier otro superhéroe que poseía la capacidad de desplazarse en el aire apenas podía superar los 100 metros sobre el suelo. Y solo dos fueron la excepción. Uno poseía un martillo que canalizaba rayos y el otro era más que evidente, considerado como el súper humano más poderoso del planeta.

- papá papá papá, mira, mira, ven. - La sonrisa del niño no se hizo esperar, emocionado por la aparición de homelander, observándolo directamente. Él podía sentirlo, presentía que la mirada del héroe era para él.

- ¿Que pasa? - el alcalde Baltimore, curioso se acercó hacia la ventanilla junto con su hijo, el cual empezó a saludar hacia el exterior.

Fue allí cuando el corazón de Baltimore sintió un apretón. Esto estaba mal, estaba extremadamente mal. ¿Cómo supo el que él se encontraba volando? ¿Quién filtró la información? ¿Era acaso omnipresente?

- ¿Qué demonios hace él aquí? - el alcalde Baltimore, el pánico, se preguntó a sí mismo. mientras los ojos de aquel demonio se fijaba en él, no pudo evitar sentirse en peligro.

- ¿no son ustedes amigos? -su hijo preguntó emocionado, esperando tener una charla con el héroe homelander. De hecho, tenía una foto del héroe patriota, firmada en persona. El niño había pasado 5 minutos con él en una convención privada de alta exclusividad el año pasado. Su padre había gastado mucho dinero para que él pudiese asistir a una oportunidad como esta.

- Dios mío. - el alcalde de Baltimore tomó a su hijo de los hombros y lo lanzó al suelo del Jet.

Fue entonces que del exterior, el héroe líder de los 7 proyectó su visión láser hacia el avión, partiendo la estructura a la mitad en cuestión de segundos.

Aquella aeronave literalmente se partió a la mitad y empezó a descender mientras se encendía en llamas, quedando solo homelander en el cielo, iluminado por Los relámpagos que le hacían recordar la vez que homelander colaboró con su amigo Thor, cuando él había acudido hacia Kansas hace unos años atrás, donde en una cierta zona estaba atravesando una sequía devastadora.

"¿Qué estará haciendo Donald?". Pensó completamente indiferente hacia sus acciones, sin prestarle el más mínimo interés a las víctimas de su visión mortal.

dejen sus piedras de poder... vay.

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