CAPITULO 11:

Sede de vought, nueva York.

Annie January, conocida como Starlight, entró nerviosa al imponente edificio de Vought, el hogar de los Siete.

Una de las empresas más grandes y poderosas de los Estados Unidos de Norteamérica, expandiendo sus horizontes a cada capital en gran parte del mundo, consolidando así la empresa como vought internacional.

La magnificencia del lugar la abrumaba; las paredes de cristal reflejaban el brillo de los trajes de los superhéroes que aparecían en las pantallas gigantes, tales como  a-train, qeen maeve, o los imponentes Thor y homelander.

los empleados se movían con precisión, como si todos supieran exactamente cuál era su propósito. Todos bajo la gran administración de la empresa.

Annie, en cambio, se sentía pequeña, casi perdida en medio de tanta grandeza. Una grandeza que ella se había ganado con tanto esfuerzo y trabajo, desde muy temprana edad.

Se suponía que hoy tendría que estar presente en la sede de vought, ya que recibiría asesoriamiento por parte de uno de los héroes más poderosos del mundo. Aquel que dominaba los rayos y los truenos, el gigante vikingo que había llegado los corazones de cada ser humano alrededor del mundo.

Mientras sus ojos recorrían el vasto espacio, escuchó una voz suave, casi familiar, que la llamó por su nombre.

—Annie, bienvenida. - Annie se paralizó completamente sorprendida, tras encontrarse con el gigante "vikingo", que le sonriera con amabilidad no ayudó a su control emocional. - Soy Donald Blake, pero mis amigos me llaman Thor. -

Annie se giró rápidamente, sorprendida, y paralizada más que nada. Frente a ella estaba Thor, un hombre alto y musculoso que, a pesar de su presencia poderosa, irradiaba una calma y amabilidad que inmediatamente la puso a gusto.

Era todo lo que le decían, todo lo que los medios hablaban sobre él independientemente de su problema de la ira. Amable, encantador, sincero y completamente abierto al diálogo y las palabras con cualquier persona, incluso los de a pie.

Sintió que sus piernas perdían fuerza y casi terminó en el suelo. Ella siempre sintió en su adolescencia una fascinación un deseo platónico por el Dios del trueno.

¿Qué mujer en los Estados Unidos y el mundo no sintió un deseo lujurioso y desenfrenado por querer tratar de dominar a una tormenta hecho carne?

¿O ser dominada por una tormenta hecha carne?

Cómo fue de esperarse por parte de Donald Blake, no llevaba su traje de héroe como los otros miembros de los the seven. Su política de dividir su vida profesional y privada de vida heroica fue muy marcado en los medios. Incluso ahora mostraba esa faceta frente a ella.

Llevaba una camisa de botones bien planchada y unas gafas que le daban una apariencia intelectual. Para ser un profesor de física, en realidad no parecía para nada al típico señor calvo con pancita. Parecía más a una estrella de cine, presuntamente para adultos.

más cercana a la de un profesor que a la de un dios mitológico, Su sonrisa era cálida, casi paternal, le causó estragos que nunca compartiría ni siquiera con su propia madre.

¿Qué pensaría Thor si ella le confesara que literalmente se masturbaba con sus posters y videos adulterados que utilizaban su rostro? Tanto como dios nórdico, como un estricto profesor con regla en mano.

—E-es un honor conocerte, Thor- di-digo, señor Blake. He escuchado muchas cosas sobre ti, quiero decir, soy una gran fan de usted. —dijo Annie, aún sorprendida y avergonzada. pero aliviada por la amabilidad del héroe, quien se había acercado para tratar de tomarla cuando pensó que iba a colapsar.

Thor rió suavemente, un sonido que resonó como un eco cálido en el vasto vestíbulo... Estaban en el vestíbulo. Annie imaginó muchas cosas, tantas posibilidades en un lugar como este.

—Espero que sean buenas cosas. —Su voz era acogedora, bromeó con la chica un poco calmada. — Vayamos a caminar. Hay mucho que quiero mostrarte, mucho de lo que quiero enseñarte dentro de the seven. -

Mientras caminaban por los largos corredores del edificio, Annie se dio cuenta de que estaba en compañía de alguien que realmente se preocupaba por su bienestar.

Parecía como un sueño para ella, la manera en como Donald se preocupaba por ella y hablaba sobre lo sobresaliente que era su trabajo como starlight. Casi volvió a colapsar por las palabras de Donald, pues que el, uno de los héroes más bondadosos y caritativos diera elogios a su trabajo como un igual que extremadamente estimulante.

El temor que había sentido al entrar en el edificio comenzó a desvanecerse, reemplazado por una sensación de seguridad.

Donald no sabía cuánto era el deseo de starlight el querer abalanzarse contra su abdomen, pues su altura como uno de los hombres más altos del país lo la dejaría llegar a su pecho.

—Este edificio puede ser intimidante al principio, pero no te preocupes. Aquí estamos todos para apoyarnos. - Donald explicaba, mientras hablaba con una minorizada Annie, quien solo asentía sin considerar bien las palabras del héroe.

- Tu función como parte de los Siete es importante, no solo por tus poderes, sino por lo que representas para el mundo y la comunidad super humana de estos últimos años. Eres una persona muy valiosa a la que quiero que todos tomen como un ejemplo para la nueva generación. -

Donald esta vez fue más serio con respecto a esto, algo que Annie tuvo por hecho. Las políticas anti super habían tomado más fuerza en estos últimos años, y todo a causa de varios jóvenes super humanos que abusaban de sus dones, como algunos héroes que se vieron involucrados en casos mediáticos muy serios, dejando a los super humanos mal parados.

Las tensiones políticas entre los Súper y muchos políticos como parte de una comunidad antisuper se vio empeorado a causa de a-train. Y es que nadie se espero que uno de los siete pudiera tener un accidente como lo que había pasado, el atropellamiento un transeúnte de a pie contra uno de ellos súper humanos más veloces del mundo. Los resultados fueron grotescos.

- yo lo he escuchado en las noticias, también he visto sus opiniones acerca de la situación. Hasta donde sé usted aboga para que lo superemos tengan más responsabilidad sobre el uso de sus poderes a la hora de una actuación. - Annie dijo, haciendo que Donald asienta.

- lo hago porque las cosas se nos está saliendo de control. Desde el 2010 hasta la actualidad, las muertes por daño colateral han alcanzado la cifra de 100 personas por año, algo que trato de recalcar en cada momento para tratar de solucionar esta situación. Pero no puedo hacer más allá de lo que jurídicamente se me permite, es por eso que desde mi propio dominio los siete tenemos un control de daños de un cero a 10%, sin una baja por daño colateral. - las palabras de Donald sorprendieron a la chica, mantener una hazaña así durante más de 10 años era algo sin precedentes en la comunidad de superhéroes.