Lin Feifei resopló con desdén y avanzó para admirar los conjuntos de joyas frente a ella. En efecto, todos eran elegantes y lujosos.
—¿Cuál es el más caro de aquí?
—Es este conjunto de rubíes que consiste en un collar, aretes y un anillo. El precio es de 8.8 millones de yuanes —respondió el gerente.
Lin Feifei se volvió para buscar la opinión de Shen Qianrou. Shen Qianrou se acercó para mirar y asintió.
—Este conjunto de joyas es simple pero lujoso. Creo que a la abuela le gustará. Este servirá. Empácalo para mí.
Al oír eso, los ojos del gerente se iluminaron.
—¡Okay, lo empacaré ahora! Por favor sigue a mi colega para pagar.
—Okay —Shen Qianrou asintió levemente y caminó hacia la caja. Sacó su tarjeta y se la entregó al cajero.
El cajero tomó la tarjeta y la deslizó a través de la máquina. Poco después, devolvió la tarjeta dorada con una sonrisa.
Al ver que Shen Qianrou había deslizado exitosamente la tarjeta, la suficiencia en el rostro de Lin Feifei aumentó.
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