Déjame Examinarte

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Shen Fanxing miró con incredulidad al refinado y noble hombre vestido de camisa blanca y pantalones negros.

Se veía tan distante e inalcanzable, como si nada pudiera mancharlo. Tenía un aspecto suave y elegante, pero ella no esperaba que este hombre fuera capaz de pronunciar palabras tan obscenas.

—¿Oh? Di algo.

La mirada de Bo Jinchuan se deslizó de sus ojos a sus labios. Sus dedos siguieron las hermosas curvas de su mandíbula y se detuvieron en el cuello de su camisa cuidadosamente abotonado.

Sus ojos se oscurecieron antes de levantar la vista para encontrarse con los de ella. —¿O es porque ya sentiste algo y por eso has rechazado la forma en que te traté antes?

Shen Fanxing se atragantó y balbuceó. —¡No lo hice! ¿Cómo podría haberlo hecho?

—¿Es así? —preguntó Bo Jinchuan mientras sus labios se curvaban hacia arriba. Sus dedos, que habían acariciado su cuello, tomaron suavemente su mano antes de acercarse a ella. Su aliento cálido rozó sus labios.