Abrazando

—El policía, reflexionando sobre esto, aconsejó a Jiang Yue: «Señorita, podría haber algunos malentendidos aquí. Esta dama no parece alguien que haría algo así».

Jiang Yue se enfureció aún más cuando escuchó la persuasión del policía. No podía entender por qué no sospechaban de Gu Dai y, si no hubiera estado solo fingiendo y realmente no quisiera morir, podría haber saltado de pura rabia.

Jiang Yue dijo enojada al oficial:

—¿Por qué asume que ella no está involucrada? Usted no conoce los detalles, ¡así que no haga comentarios sin fundamento!

La gente de abajo, al oír las palabras de Jiang Yue, comenzó a discutir en voz alta:

—Dios mío, ¿cómo puede haber mujeres tan sinvergüenzas? La pareja ya estaba comprometida y ella aún se entrometió.

—Ese policía no parece muy profesional. La dama ya dijo que es una amante y él aún duda. Si no hubiera un affaire, ¿por qué estaría tan desesperada como para saltar de un edificio?

—Estoy de acuerdo.

...