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Primer día (Parte 1)

Hace una semana me mudé al nuevo apartamento cerca de la universidad con mi mejor amiga Jen, somos amigas desde hace muchos años por eso mismo decidimos venir a la misma universidad, aunque estudiemos diferentes carreras, ella decidió inscribirse a economía, mientras que por mi parte amo la informática, así que esté año estudiaré ingeniería en sistemas, hoy es nuestro primer día, Jen está alisando su cabello en mi habitación, insiste en que la ayude con la parte de atrás porque no puede alcanzarla, su cabello es muy largo, llega justo a su cadera, lleva puesto un vestido que deja muy poco a la imaginación, ella tiene el cuerpo muy bien definido, aunque no es tan delgada todo le queda perfecto, de las dos Jen es la más bonita, aunque no me considero fea, siempre he creído que tengo un bonito cuerpo, a pesar de que me falta un poco de caderas y por tanto, glúteos, este año me apunté en el gimnasio para tratar de corregir eso.

— ¿Qué vas a ponerte? — Pregunta Jen. — No me digas que ese pantalón holgado con esa blusa tan siglo XX y esos sucios tenis blancos

— Son cómodos. — Frunzo el ceño. — Toda mi ropa es cómoda.

— No voy a permitir que caves una tumba social en tu primer día, ninguna persona querrá hablarte si vistes de esa forma.

— Vine aquí a estudiar, no a hacer amigos, además la única amiga que necesito eres tú.

Para un segundo de planchar su cabello para mirarme a través del espejo.

— Me halagas, pero tampoco pienso salir contigo si vistes así.

— Mira la ventaja, todos te verán más bonita si sales con una fea que no sabe vestirse. — Me río.

— Vamos patito feo, tengo una hora para convertirte en cisne.

Jen me lleva prácticamente a rastras a su habitación, saca muchas cosas de su closet hasta encontrar lo que está buscando, una falda negra, una blusa de tirantes amarilla, una chaqueta y unos botines negros.

— ¿Quieres que use eso?

— Claro que sí, te verás muy bien.

— No lo creo, no hay forma.

Devuelvo la blusa a su closet, ella vuelve a tomarla para poderla en su cama.

— ¿Por qué no? Sé que no te gusta enseñar mucha piel, pero esto no es nada escotado, anímate, nuevo año, nuevo cambio de imagen, es lo que siempre digo.

— Eso acabas de inventarlo, además no puedo.

— ¿Por qué no?

— Tendría que depilarme las piernas.

— No veo el problema. - Se cruza de brazos.

— Olvidé mi rasuradora.

— Te daré una. — Saca una rasuradora de una gaveta. — Apresúrate, tienes cincuenta minutos para arreglarte.

Lo pienso por un instante, esta puede ser una oportunidad para mejorar, siempre he querido tener el autoestima de Jen, este puede ser el primer paso.

— Bien. — Ruedo los ojos. — Tu ganas.

— Apresúrate a ducharte, así podré maquillarte.

— No presiones.

— Bien, bien. Solo un poco, nada muy elaborado.

— Gracias.

Entro a la ducha, lo primero que hago es depilar mis piernas y axilas, luego me lavo el cabello y el cuerpo, inmediatamente después de salir de la ducha, lavo mis dientes, Jen llevó la ropa a mi habitación, así que me visto rápidamente, seco mi cabello en diez minutos, luego lo plancho un poco, mi cabello es liso, por lo que no requiere de mucho planchado, sobran veinticinco minutos, en ese tiempo Jen me maquilla, pone un poco de sombras y delineador en mis ojos, algo de rubor en mis mejillas y finalmente labial rojo en mis labios.

— Te ves hermosa, te sienta muy bien este look. — Dice poniendo la blusa dentro de la falda.

— ¿Eso crees?

Me levanto de la silla del tocador para verme en el espejo, me veo un poco rara, pero creo que tiene razón, me veo bonita.

— ¿Lista? — Pregunta Jen tomando las llaves de su auto del bolso en su brazo.

— Sí. — Sonrío.

Al salir del apartamento Marie, nuestra vecina ya está esperándonos en el pasillo, ella es una estudiante de economía como Jen, ella va en su tercer año, la semana pasada nos ayudó a acomodar nuestro apartamento, justo el día que llegamos, ella no tiene auto, por lo que Jen se ofreció a llevarla a la universidad.

Son las siete y media, las clases comienzan a las ocho, la universidad está a quince minutos en auto, así que llegamos con tiempo de sobra.

— Este es tu edificio. — Dice Marie señalando un edificio de color gris.

— Que tengas un buen día, ve a romper corazones. — Jen me pega una nalgada mientras me bajo.

— ¡Oye!

No me deja terminar de hablar, simplemente acelera para no tener que escucharme, aun así, puedo escuchar su risa mientras se aleja.

Camino hasta mi edificio, subo al segundo nivel para buscar mi salón.

Salón 203, salón 203, repito en mi mente mientras lo busco, del otro lado del edificio veo el rótulo con ese número, 203. Caminó rápidamente hacia él, mi marcha es interrumpida cuando un chico pasa junto a mí, golpeándome con su hombro en la espalda, del fuerte impacto hace que mi celular caiga al suelo, sin siquiera detenerse para ayudarme o disculparse sigue caminando, recojo mi celular con temor de que la pantalla se haya roto, afortunadamente no fue así. Lo último que veo de aquel chico es el salón en que entra, para mi desgracia es el salón 203.

— Maldición, solo espero que no tengamos que encontrarnos dentro del salón.

Al entrar en el salón encuentro un escritorio vacío en el medio, decido que lo mejor será sentarme allí y no hasta atrás para prestar atención, además aquel chico se sentó atrás, aún estoy molesta por el empujón.

— Buen día clase. — Dice un hombre de mediana edad entrando a la clase.

Lleva consigo un maletín, una carpeta en una mano y un café en la otra.

— El día de hoy solo daré una rápida introducción al curso, luego de eso les daré las instrucciones para nuestra primer tarea. Por favor anoten su nombre en este listado, yo voy a asignar las parejas.

La lista pasa en orden de filas mientras el profesor da la introducción, cuando llega la lista hasta mí, anoto mi nombre, luego la paso a la siguiente persona, intento prestar atención a lo que dice el profesor, pero es muy aburrido, desbloqueo mi celular para enviar un mensaje a Jen.

° Esto es muy aburrido, el profesor no deja de hablar.

8:25 am ✓✓

Ella no tarda ni un minuto en responder.

° Cuando menos el tuyo está dando una clase, el mío nos

tiene leyendo mientras él juega Candy Crush.

8:26 am

° En el primer día dejará un trabajo en parejas ¿Puedes creerlo?

8:26 am ✓✓

° En el primer día nos hará un examen al final de la clase sobre este capítulo

Ya quiero ir a casa.

8:29 am

° ¿Nos vemos para almorzar?

8:31 am ✓✓

° Sí ¿Quieres pizza? ?

8:35 am

° Ni siquiera deberías preguntarlo, sabes que sí.

Hasta entonces.

8:38 am ✓✓

— ¿Falta alguien de anotarse en la lista? — Pregunta el profesor.

Nadie dice nada, solo se ven unos a otros.

— Bien, voy a asignar las parejas y luego voy a explicar la tarea. — Pone la lista en su escritorio. — Vengan todos al frente con sus cosas.

Todos seguimos las instrucciones, nos reunimos en el frente con nuestras cosas, el profesor se para frente a nosotros para poder mirarnos mejor.

— Cuando escuchen su nombre pueden comenzar a sentarse, ocupen primero los asientos de atrás, de izquierda a derecha, los llamaré de dos en dos.

El profesor revisa la lista para seleccionar a las primeras dos personas, comienza a llamar así de dos en dos hasta que solo quedamos doce estudiantes.

— Katrina Kloss y Denver Casanova.

¿Denver? Seguramente es una chica. Al darme vuelta para caminar hacía el lugar que me corresponde me doy cuenta de que Denver no es una chica, Denver de hecho, es el chico que me empujó en el pasillo, maldigo en voz baja sin dejar de caminar hacia el escritorio, ninguno de los dos decimos una sola palabra, Denver escribe en su celular mientras yo lo veo de reojo.

° La chica con la que debo trabajar

este semestre es un 7/10 ?

Si les gusta más a ustedes,

pueden quedársela ?

9:01 am ✓✓

Este maldito idiota acaba de calificarme ¿Con un siete? ¿Qué se cree?

Leo el nombre del contacto, que de hecho es un grupo, "Bros" Debe ser su grupo de amigos o algo así.

— ¿Quieres seguir leyendo la conversación?

Al escuchar la pregunta me quedo petrificada, siento como el color se desvanece de mi rostro.

— ¿Disculpa? — Digo finalmente muy nerviosa.

— Te vi, sé que leíste lo que escribí.

— Sí, lo hice y eres un tarado. — Digo molesta.

— Me han dicho cosas peores.

— Te creo, de verdad pareces un idiota.

— Y tú una chica fácil. — Dice con una sonrisa en su rostro, piensa que me ha ganado.

— Aquí el único que parece tirarse cualquier cosa que tenga un orificio eres tú. — Lo fulmino con la mirada.

La sonrisa se le desvanece del rostro, muy molesto me ve mientras bloquea su celular.

— Excelente respuesta. — Levanta ambas cejas. — No es fácil dejarme sin palabras.

— Gracias. — Sonrío triunfante. — Crecí con dos hermanos mayores, tuve que aprender a defenderme.

— Se nota. — Dice mirando al profesor que acaba de ponerse de pie para dar las instrucciones.

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