—Por supuesto. Gracias por elegir nuestra tienda nuevamente, Okami. Ha pasado un tiempo pero ciertamente no decepcionas —el hombre empezó a cobrar todo y tomó la tarjeta de Cedric sin cuestionar.
Yuki observaba cómo sumaban la cuenta. Vio que la funda que eligió iba a costar cincuenta dólares y se volteó para no pensar en el precio.
—No te preocupes por el precio. Es una funda para el teléfono que acabo de comprarte. Creo que deberías poder disfrutar de la funda que consigues para tu teléfono. Además, si el teléfono se rompiera, costaría más repararlo que la funda —Cedric recuperó su tarjeta y luego tomó la bolsa y rodeó su cintura con su brazo.
Salieron de la tienda y fueron al callejón por el que habían llegado y Yuki abrazó a Cedric. —Entiendo lo que dices. Simplemente aún no estoy acostumbrada a esto. Gracias por la funda del teléfono.
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