Yuki frunció el ceño cuando él se detuvo, pero sintió cómo la reposicionaba. —¡Oh! Y yo que pensaba que solo estabas jugando conmigo —colocó sus manos en la pared y el vestido colgaba de su cuello como un delantal que solo estaba atado alrededor del cuello.
Cedric besó su espalda hacia arriba y vio que el resto del vestido estaba sujeto por un lazo. Sonrió maliciosamente y se sumergió en ella, besó su cuello. Besó por donde las tiras del vestido se atasen en la parte de arriba y cuando se puso de pie, agarró una de las cuerdas con la boca. Colocó sus manos en las caderas de ella.
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