—Hermano, estamos ganando bastante dinero vendiendo estas verduras —Tang Zhinian sabía exactamente cuánto dinero tenían en casa, ambos hermanos lo sabían.
—Hermano, ya sabes lo que dice el refrán: no es el robo lo que me asusta, es la posibilidad. Invitamos a nuestros compañeros del pueblo a ayudar de buena fe, pero si se corre la voz de que nuestra familia está ganando mucho dinero, ¿no crees que eso causará problemas?
Al escuchar esto, Tang Zhinian se puso a sudar frío. Tenía sentido: el chisme del pueblo se esparce como fuego. Cuando todos son pobres, no hay problema; nadie puede burlarse de nadie. Pero, ¿y si su familia de repente tuviera mucho dinero? ¿Qué harían si la gente empezara a pedir préstamos? Si se niegan, quedan mal. Si prestan, y luego no pueden ayudar a todos los que lo pidan, tampoco los verán con buenos ojos.
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