Jack salió furioso de la mazmorra sin mirar atrás. Violeta tenía una forma de sacarlo de quicio muy fácilmente.
O tal vez sólo le frustraba que ella fuera de la Manada Diamante.
No había sido muy difícil descubrirlo. La daga que llevaba consigo tenía un formato único y el hierro utilizado para forjar la hoja sólo lo tenían ellos.
¿Cómo podía tener tan mala suerte de tener una pareja de la manada enemiga?
Odiaba a la Manada Diamante con todas sus fuerzas.
Siempre habían sido un gobierno muy malo, uno que excluía a los menos privilegiados, se aprovechaba de los pobres, estaba corrompido y tenía un líder tirano y egoísta.
Cuando Jack se unió a los Rebeldes, no tenía ni idea de que le elegirían para ser el líder algún día.
Se había unido a ellos junto a su padre, así que desde joven siempre escuchó las historias sobre ese estúpido gobierno y cómo los Rebeldes vivían para liberar a Crescent de su poder.
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