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El infierno terrenal

Esta es una época no muy lejos de lo que los humanos de antaño pensaban sobre el futuro. Este es el año 2050, la humanidad logró un gran avance en todos sus aspectos, desde la arquitectura hasta la tecnología de todo tipo. Todo ha cambiado en estos últimos 20 años desde que un meteorito llegó he impactó la tierra en la Antártida en el 2030, la carrera de países para ver quien se apoderaba de aquel material que aguardaba dicho meteorito. Esto era una lucha mundial  por el meteorito.

 Fue una guerra demasiada sangrienta, desde niños y mujeres hasta ancianos fueron obligados a servir en la recolección del meteorito, por el escaso personal de recolección, esto fue usado por todos los países por la desesperación de obtener lo que había en ese meteorito. Desde minerales desconocidos y mil cosas q uno se puede imaginar. La avaricia y el egoísmo segó al mundo.

Gritos, sangre, lágrimas, cuerpos descuartizados y esperanza de algunas personas para que todo esto pare. Ese día, 27 de marzo de 2030 manchó a la Antártida de un color rojizo, como si de una mancha de ketchup se tratara, la gran mancha de sangre que se podía ver desde el espacio fue llamada: el infierno terrenal. Aquella mancha marcó un acontecimiento histórico, ya que al final de toda esta masacre. Quedaron en pie 5 soldados de diferentes países, cada uno con ganas de regresar victorioso a su patria.

 

—"de los más de 10 millones de personas, solo quedamos 5, quien lo diría"

 

—"Carajos, a estas alturas como es posible que un idiota use sarcasmos."

 

—"todo se decide aquí, así solo uno saldrá vivo de esta"

 

—"es obvio que la madre Rusia se quedará con este pedazo de piedra gigante".

 

—"¡No digan estupideces!"

 

—"¿Eh?"

Los 4 soldados dijeron al unísono mientras veían a una mujer furiosa.

 

—"¡Ey mocosa!, que crees que estás haciendo."

 

—"Aléjate de ahí, si disparas ahí vas hacer que el meteorito se hunda en lo profundo de este lugar"

 

Todos desesperados trataron de hacer lo posible para que aquella mujer se Aléjate y no dispara debajo del asteroide.

 

—"recuerden que estamos parados sobre hielo, esto está al borde del mar, si o si se va hundir si lo disparó y esta estúpida guerra no va a tener ningún sentido. A menos que…"

 

—"Maldita sea no tengo balas."

 

—"Carajos, ni yo."

 

—"Mi caragador esta vacío"

 

—"yo, yo si tengo"

 

—"ni lo pienses chico, piensa en todas las vidas de estos inocentes que se perdieron en esta tonta guerra. ¿Acaso ustedes no tienen familia?, ¿Alguien que los espera?"

 

—"oye mocoso, no escuches lo que dice esta mujer y dispara de una vez"

 

—"Pero, yo-yo no puedo, no puedo disparar a alguien, yo no maté a nadie ni siquiera en esta guerra."

 

–"Y no había necesidad alguna para matar"

 

—¡¿EEEH?!

 

Los 3 hombres que estaban manchados por la suciedad de la guerra, desesperadamente, cada uno quería que su nación sí o sí se quedara con el meteorito. Por eso debían de liquidar a aquella mujer, y posteriormente matarse entre ellos.

La mujer había bajado su arma en señal de querer hablar

 

—"les propongo algo, ¿Qué tal si compartimos la victoria?"

 

—"¿Que es lo que dices mocosa?"

 

—"Yo no soy un civil cualquiera, soy una de las mejores defensoras del derecho público y nacional, me llamo Raquel Pattinson . ¡Y no soy una mocosa!, ¡tengo 24 años!."

 

—"¿Qué?, ¿entonces como es que estas aquí si eres alguien tan importante?

 

—"Me llevaron aquí por la fuerza, los del gabinete de mi país unos malditos corruptos, me mandaron a secuestrar y al despertar ya estaba en la Antártida."

 

—"ya entiendo."

 

—"si es así, entonces quisiera escuchar la propuesta de alguien tan talentosa"

 

Todos se calmaron al escuchar que Raquel Pattinson una de las mejores defensoras del derecho público y nacional. Escuchar a alguien que se mantenía cuerda en esta guerra calmó a los que estaban desenfrenado por la pólvora.

 

—"Mi idea es simple. Quiero que todos ustedes salgan de aquí, eso me incluye a mi y decir a televisión abierta un mensaje hacia todos los países del mundo."

—"¿Un mensaje?"

—"¿Cuál sería ese mensaje?"—"primero hay que llegar al campamento más cercano, en el camino se los explico."

 

Estos soldados se dirigieron al campamento más cercano, que por suerte fue un campamento estadounidense, aquel campamento estaba sin cuidado.

 

—"Bien, ahora hay que ir a la cabina principal."—dijo Raquel

—"Yo soy estadounidense, así que conozco donde está la cabina principal."

—"Bien, ¿cual es tu nombre?"

—me llamo Dennis Rozwell.

—"¿Rozwell?, no eres ese streamer que se metió en polémica porque—"

—"¡Cállate! No lo digas me da mucha vergüenza"—dijo Dennis avergonzado.

—jajajaja, esta bien.

—"era porque te encontraron fotos desnudo ¿no?"

—"¡Que no lo digaaas!"

—"Lo siento no era mi intención"—Dijo uno de los soldados en tono burlón

—"Y ya que estamos aquí, ¿no sería mejor que los demás nos digan sus nombres?"—dijo Raquel confundida

—"Tienes razón, yo me llamo asmael ranazhes."

—"Mi nombre es Rafael Orsafhus"

—"muy bien, ahora que sabemos quienes somos comunicarse será más fácil."

Una vez todos conociendo sus nombres partieron hacia la cabina principal del ejército estadounidense. El plan era simple, Dennis se haría pasar por un sobreviviente de la masacre y con los guardias distraídos Rafael y Asmael los someterán.

—"bien. Ahora que no hay ninguna seguridad, que clase de información habrá"— dijo Raquel eufórica.

—"Oye Raquel, estamos aquí para dar ese mensaje, no para tu tonta conveniencia."—dijo Rafael golpeando a Raquel en la cabeza.

—"¡auch!, ¡eso me dolió! ¿Qué es lo que te pasa?"

—"Silencio, ahí viene otro guardia"

Se acercaron 2 personas, un hombre con una cicatriz en el ojo y otro que parecía ser importante ya que llevaba traje.

—"Al parecer hay intrusos en la base mi señor, y están muy cerca."

—"¿Intrusos? eso no lo venia venir, encárgate de ellos por favor. Elffers."

—"Sera todo un honor mi señor."

Todos se pusieron tensos y asustados, ya que el hombre que tenían en sus narices era capaz de acabar con sus vidas en un santiamén.

—"Ese es el comandante Albert Elffers "El asesino de masas"".—dijo Dennis temblando del miedo.

Todos estaban sumamente tensos, aquel hombre era un vil asesino que mataba tanto enemigos como civiles. Se ganó el título de "El Asesino de Masas" ya que cuando el pueblo estadounidense estaba en gigantesca guerra civil, Albert Elffers apareció como refuerzo. Y empezó la masacre sangre por aquí sangre por alla el espectáculo que se estaba presenciando en Nueva York era de una película muy gore, las cabezas de los civiles caían como si se tratarán de palomitas de maíz.

Pero lo más aterrador es que la única arma que equipada el comandante Albert Elffers era un simple cuchillo de guerra. De los más de 400 mil personas que peleaban por la corrupción, Albert Elffers mató a todos y cada uno de los civiles en menos de 30 minutos, los policías no lo tomaban como un humano, sino como un monstruo con una gran sed de sangre.

—"¿El comandante Albert Elffers? Con que ese maldito está aquí, ¡Lo voy a—"—dijo Rafael Sin terminar ya que asmael logró detenerlo.

—"espera no seas idiota".

—"¿Mmm?"

—"Ya valimos cacahuate"—dijo Dennis con lágrimas brotando de sus ojos.

—"debo estar alucinando por ese vino tan delicioso"

Al parecer Dios salvó a nuestros héroes, pero esto aún no termina para estos.

—Albert ya se fue, ahora dime ¡Que carajos tienes en la cabeza pedazo de imbecil! Nos perjudicaste a todos, ¿Acaso conoces al comandante Albert?"

—"Yo no diría que lo conozco, pero…"

Aquella vez que ocurrió la masacre en Nueva York a manos del comandante Albert Elffers, se encontraba un pequeño niño asustado entre los escombros de cuerpos descuartizados, una madre resguardada a su hijo de aquel monstruo lastimosamente la madre de aquel pequeño fue la que se llevó la peor de las muertes, Albert la tomó del cuello y clavo su cuchillo entre sus partes íntimas, rompiéndose y llegando a su estómago,  luego de eso Albert le arrancó los ojos y la lengua mientras aún gritaba por el dolor y se los comió para finalmente soltar a la mujer y enterrar su mano en su pecho y agarrar su corazón para después aplastarlo. Todo eso en enfrente de aquel pequeño niño que resultó ser, Rafael Orsafhus.

—"Ese bastardo asesinó a mi madre de una de las peores maneras posibles"—dijo Rafael en un tono lloroso.

Todos guardaron silencio. Lo único que se podía escuchar eran los quejidos impotentes y melancólicos de Rafael.

—"Rafael, ten paciencia"

—"Porque debería de tener paciencia".

—"Porque cuando demos no mi mensaje sino, nuestro mensaje. El mundo va a cambiar para bien, lo que terminará en menos desgracias como la tuya, evitaríamos muchas masacres innecesarias y salvariamos a millones de personas alrededor del mundo."—dijo Raquel tratando de motivar a Rafael.

—"Raquel tiene razón, si bien no podemos arreglar tu melancolía podríamos evitar que otras personas caigan en desgracia. Además nos tienes a nosotros, ya no somos unos desconocidos que intentaban matarse entre sí, ahora somos amigos ya que todos compartimos algo en común y es que todos tenemos desgracias en nuestras vidas."—dijo Asmael consolando a Rafael.

—"Todos ustedes tienen razón. ¡Pero será mejor que nos apresuremos sin no queremos morir!"—exclamó Dennis preocupado.

—"¿Qué, acaso ahora te gusta arruinar momentos emotivos?"—Dijo Raquel mientras que todos miraban a Dennis con desprecio.

—"¡Chicos por favor, no me miren así!". —exclamó Dennis en desesperación.

Cuando todos se calmaron se dirigieron a la cabina central estadounidense, habían varios cuerpos de soldados estadounidenses muertos lo que sólo asustaba a Dennis.

—"¡hiiiii!, ¡pero que pasó aquí!"—exclamó Dennis aterrado escondiéndose detrás de Raquel

—"Son solo cadáveres frescos. En esta guerra hasta para una defensora como yo que no tocó un arma en su vida es fácil acostumbrarse en poco tiempo."

—"E-Está mujer está loca"—dijeron todos al unísono.

—"¿¡Loca, yo!?—exclamó Raquel enfadada.

—"Pues si, Rafael y yo tardamos meses en acostumbrarnos al olor, el miedo y a la sangre. ¿No es así Rafael?—Dijo Asmael sorprendido y preocupado.

—"Pues si".

—"Aparte de una cara bonita eres una psicópata" .

—"¡Callense! O los mató"—exclamó Raquel apuntando su arma a sus compañeros.

—"Oh no"—dijeron todos al unísono.

Pero igual Raquel se olvidó de un pequeño detalle, no tenía munición.

—"Como pude olvidar eso"—dijo Raquel en posición fetal.

Ya en la cabina principal nuestros héroes iban a proceder a transmitir el mensaje. Pero se llevarían una gran sorpresa…

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