—Hace tiempo —dijo Lex mientras miraba a Velma, haciendo su mejor esfuerzo por no mirar las varias bolsas detrás de ella—. Pase lo que pase, Velma y Gerard ocupaban un lugar especial en el corazón de Lex como los primeros trabajadores que había contratado en la Posada. Habían estado con él en todo, y su ayuda en el camino había sido invaluable.
Todo considerado, no era extraño decir que Lex genuinamente los extrañaba mucho.
—Ha pasado demasiado tiempo —dijo ella, manteniendo el profesionalismo en su voz, aunque Lex claramente podía escuchar cuán emocionada se sentía.
—No hay necesidad de ser tan formales entre nosotros. Podemos considerarnos viejos amigos ahora.
Velma tembló ligeramente al escuchar las palabras del Posadero y se relajó. Su sonrisa se ensanchó mientras le hacía un gesto al Posadero para que tomara asiento. Había preparado algunos aperitivos y refrescos, ya que su reunión no sería breve.
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