Lex inhaló profundamente y retuvo la respiración por un momento antes de exhalar con un suspiro de relajación. Aparte de ese pequeño roce con la muerte en su primer día, su viaje en X-142 había sido tan diferente de sus viajes a otros mundos como fuera posible. Ya era su 8vo día en el planeta, y esperaba que en cualquier momento se formara la conexión con la Posada.
Había pasado esos días viajando y relajándose, y aunque se quedó sin dinero muy rápidamente, eso solo hizo que viajar fuera aún más interesante. Por supuesto, a pesar de las actividades casuales, no bajó la guardia en ningún momento durante todo el viaje. Pero cuando estaba recostado en una silla de playa, siendo atendido con algún tipo de jugo de frutas por un hada descarada que usaba sus poderes para levitar la bandeja detrás de ella adonde fuera, era difícil no disfrutar del momento.
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