—¿¡Qué?! ¿Quieres que paguemos por los minerales? —preguntó Matías, mientras su expresión cambiaba drásticamente—. ...Y yo que pensaba que éramos amigos...
Matías comenzó a hacer pucheros, pero la expresión de Nial era indescifrable. Mientras tanto, Miranda miraba la situación con una sonrisa tenue.
—¿Eso significa que también debería exigirles que paguen por mis moldes de armas y armaduras, y por la herrería que traje conmigo desde Liondra? —preguntó, riendo ligeramente.
Sin embargo, lo que ella no esperaba era que Nial sonriera levemente antes de mostrar una expresión adorable —Ya no me queda dinero—.
Un momento después, Nial estalló en risas. No pudo contenerse más y le tomó unos minutos calmarse.
—Solo estaba bromeando sobre que me paguen —añadió rápidamente Nial, secándose las lágrimas de alegría de la esquina de sus ojos solo para suspirar profundamente mientras revelaba—. Pero realmente ya no tengo más dinero...
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