Misterioso pequeño bastardo

Extender rumores que pudieran ser creídos fácilmente sin crear un pánico masivo era mucho más difícil de lo que podrían haber esperado. 

Esa también era la razón por la que decían que sostendrían algunas reuniones para asegurarse de revelar los rumores incluyendo los detalles de lo que sería demasiado aterrador para el público.

Al final, Nial tuvo que dejar a los demás antes de que su cuerpo le advirtiera que aún no estaba listo para moverse libremente. Sangre goteaba de su nariz, atrayendo la atención de todos.

—Hablaremos después, ¡deberías descansar primero! —sugirió Miranda, y todos los demás estuvieron de acuerdo. Solo un momento después, Nial fue llevado de vuelta por uno de los Elfos, que aún estaban dentro de la cabaña de madera, intentando atender las heridas de Nial.

—Está bien... hagan lo que quieran. Volveré en nada de tiempo —la voz de Nial salió como un graznido mientras era llevado y obligado a descansar al ser acostado en la cama de nuevo.