¡El que ha engañado a un Dios!

—Voss ha estado esperando a que ella eclosione por más de un siglo. Está profundamente obsesionado con ella, al punto de que la valora tanto como su vida. Si tú la hicieras eclosionar y la hicieras tu compañera, se formaría una enemistad irreconciliable entre tú y Voss —Los labios de Yulran Tragan se estiraron en una sonrisa, revelando su boca llena de dientes afilados. Roy se frotó los ojos y lo miró de nuevo. Su ancestro parecía estar burlándose—. Así que, respóndeme, oh descendiente mío, ¿te harás hombre y la salvarás de Voss, o le darás la espalda como muchos antes que tú?

—Roy cerró los ojos, mofándose —Ya lo he ofendido una vez. Así que nada cambia si lo ofendo de nuevo o cien veces más. Además, ya la he considerado mi bestia compañera de por vida. ¡No dejaré que un basura como Voss la tenga!

—¿Vas a llevártela incluso si fallas en hacerla eclosionar? —Yulran ensanchó sus ojos draconianos hacia Roy.

Sus ojos se encontraron, y Roy habló.

—Ya sabes cuál va a ser mi respuesta.