El Enfado y la Alegría de Bastión

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—Una pared en el escondite se apartó en cuanto Dusvim levantó su mano y realizó un complejo sello con ella. Por el profundo rugido, era claro que la pared era extremadamente pesada y estaba hecha para resistir varios impactos poderosos. Después de su acalorada batalla, esta pared era la única pared sin daños. Kieran naturalmente sospechaba que había algo extraño con la pared, pero ya no necesitaba plantear esa pregunta.

—Los frutos de nuestras acciones se han recogido dentro. No es todo ya que fue costoso equipar a nuestros miembros continuamente, pero hay una cantidad significativa dentro —declaró Dusvim.

Mientras hablaba, sus ojos transmitían su emoción por seguir vivo.

—Altair —llamó Kieran.

Altair avanzó al notar la señal de Kieran para revisar el contenido detrás de la pared.

Los dedos de Dusvim temblaron nerviosamente mientras sus ojos iban de Kieran a Ezra, que estaba cerca.